V

1.3K 135 14
                                    

Tres semanas después, me reúno con Alex en nuestro restaurante favorito. Es bueno salir de casa y más aún cuando las únicas conversaciones que tengo con Amelia son en monosílabos. Se ha empeñado en tratarme con fría distancia.

-¿Qué tal está Amelia? -dice esa tarde mientras toma un sorbo de café.

《¡Genial! 》pienso al instante. No creí que esta conversación comenzara de esa manera.

-Muy bien –digo-. Ha vuelto al trabajo –continúo sin más detalle.

-Eso ya lo sé –dice-. ¿Te ha hablado de mí?

-En realidad no hemos hablado mucho últimamente –me limito-. ¿Qué ha pasado entre ustedes?

-Hemos estado saliendo mucho estas semanas; la pasamos bien, pero aún falta algo.

-¿Qué?

-No me he acostado con ella–se inclina un poco hacia adelante para susurrar.

De repente siento un alivio inesperado.

-Todo lleva su tiempo, Alex, tal vez no está lista -intento parecer desinteresada.

Hace un gesto de negación y entrecierra sus ojos como si sospechara algo más.

-Creo que no confía en mí.

-Dale tiempo, Alex. Amelia ha pasado por mucho en muy poco tiempo. Quizás por ahora sólo quiera pasarla bien y sentirse protegida.

-No lo creo. Ella ha demostrado sentir una fuerte atracción hacia mí el punto es que, seguramente piensa que si me acuesto con ella, la mandaré a volar.

Me río.

-¿Cómo puede pensar eso de ti?, si no le has hecho eso a ninguna chica –digo, sarcásticamente.

-Con ella es diferente, Elena. Es la primera vez que me siento así.

Alzo las cejas, incrédula. Su mirada es sincera. Sé que no está bromeando. Realmente siente algo por ella.

De repente hace un gesto rápido y se lleva la mano al bolsillo. Saca una pequeña caja azul. Entiendo de inmediato de qué se trata.

-Le pediré que se case conmigo.

El corazón me galopa en el pecho.

-¿Qué te parece? - dice, mostrándome el anillo - Espero que le guste porque casi me quedo en quiebra al comprarlo -suelta una risita casi genuina.

-Eh... esto es... algo grande, Alex. ¿Estás seguro? –tartamudeo, mirando el hermoso diamante que adorna el anillo-. Sólo tienen poco más de un mes saliendo con ella.

-Estoy enamorado, Elena–dice y después vuelve a poner la caja en su bolsillo.

Se queda mirándome sonriente esperando una felicitación.

-Pues... te felicito, Alex–digo sin remedio.

Toma un sorbo de café.

Trato de volver a la realidad y dejar atrás la escena anterior.

-Bueno, en realidad he venido porque quiero saber novedades acerca del caso - le digo.

-Ah sí, eso - hace una pausa- Omar Arafat ha vuelto -dice como si no fuera importante.

-¿Cuándo?, ¿Por qué no me lo habías dicho? –me sorprendo.

-Hace poco.

-Dime el día exacto.

-No lo sé, Elena.

-¿A qué te refieres con que no sabes?

-He estado ocupado en otros casos...

El diario de Elena (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora