Después de ese día, nuestras tardes de películas y nuestras conversaciones se volvieron más frecuentes. Debía admitir que me sorprendía la velocidad con la que nos habíamos vuelto cercanas. Extrañamente, sus llamadas y mensajes eran cada vez más recurrentes y menos alarmantes. Pasábamos largas horas hablando de todo lo que se nos ocurriese. Me escribía para contarme cómo había ido su día; para preguntarme cómo me sentía o simplemente para recordarme lo agradecida que estaba conmigo. Aunque no podía decir que me incomodaba esa situación, me parecía extraña e incluso perturbadora la manera en que nuestra relación estaba evolucionando. Era como si la hubiese conocido desde siempre. Estaba aterrada por la pequeña adicción que me había causado; constantemente sentía el deseo de hablarle y saber de ella. Sin embargo, intentaba conservar cierta distancia, lo cual era muy difícil ya que para Amelia era muy sencillo violar el espacio que intentaba poner entre nosotras. Siempre lograba romper la barrera y forzar mis defensas a pesar de mi voluntad.
***
Había pasado un mes de mi reposo y ya era hora de reintegrarme al trabajo. Fui a la comisaría el lunes a hablar con mi jefe para ponerme a sus servicios ése mismo día.
Toqué la puerta de su despacho y me indicó que pasara.
-Elena, cariño- me saluda con una gran sonrisa-. Toma asiento –hace un gesto con su mano señalando la silla frente a su escritorio.
- ¿Cómo está, comisario Nolan? –me siento.
-Muy bien ahora que te veo. ¿Cómo te sientes?
-Muy bien, comisario. Lista para volver.
Mueve la cabeza.
-Ya lo creo. Todos habíamos comentado que te habías tardado en volver. Sabemos que eres una adicta al trabajo.
Me río.
-Alex me ha dicho que se ha cerrado el caso de Amelia Habash.
Se pone serio de repente.
-Deja las cosas como están, Elena. Todo ha salido bien al final, ¿no?
-Siento que hay algo más, comisario.
-No hay suficientes pistas. Sabemos que su novio quizás estaba involucrado, pero realmente no tenemos la certeza de ello. ¿Cómo harás para resolver ese caso?
-Tengo un presentimiento sobre esto –hago una pausa-. Si tan sólo me dejase intentarlo...
-Hagamos algo, Elena –interrumpe-. Sé que eres testaruda y que no sacarás esa idea de tu cabeza, así que dejaré que investigues quién estuvo detrás del secuestro de esa señorita Habash –hace una pausa-. Pero no te daré un nuevo caso hasta que me traigas a los responsables de ese secuestro. Así que es tu decisión si te quedas estancada allí.
Lo pensé por un momento y no había dudas de mi decisión.
-Le traeré a los responsables. Me meteré de lleno en ese caso y lo voy a resolver por completo, comisario Nolan.
Él sonríe sin remedio.
-Otra cosa más –añade.
-Lo que sea- replico.
-Estarás sola. Alex tiene un nuevo caso así que debes resolverlo por ti misma. Utiliza el método que quieras, pero hazlo sola.
Eso dificulta mucho más todas las cosas. No estoy acostumbrada a trabajar sin Alex. Esto será un reto muy complejo.
-Trato hecho –digo, estrechando su mano.
Aunque estaba consciente de lo difícil que sería resolver este caso yo sola, me sentía muy bien al poder usar los recursos que quisiera para llegar al fondo de todo esto. El comisario me había dado un voto de confianza y no podía defraudarlo. Sin embargo, esto significaba tener a Amelia más cerca y mantenerla a salvo.

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El diario de Elena (COMPLETA)
RomansaElena es una agente de policía que ama su trabajo. Su siguiente caso a investigar, es la desaparición de Amelia Habash. Amelia es una doctora del hospital central, con una vida monótona y controlada absolutamente por su estricto padre. En este rel...