CAPÍTULO 4

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Unos minutos más tarde, Eva se deslizaba junto Ajar para llevarlo con su padre, aunque Ajar parecía estar muy nervioso.

— Tranquilo Ajar, solo te debe conocer y llegar a un arreglo —dijo Eva.

— E-Espero todo salga bien —dijo Ajar, nervioso.

— Mi padre puede que sea algo rudo y malo con Polvorientas pero estaré a tu lado... —dijo Eva.

Ambos llegaron con Michael, Ajar continuaba un poco nervioso, pero hacía el intento de calmarse.

— Tranquilo... —dijo Eva para relajar a Ajar— Padre, el es Ajar, quien me rescató hace poco —dijo Eva mirando a su padre.

— Ho-Hola —dijo Ajar, nervioso.

— Hija... Yo hablaré con él —dijo Michael.

— Le dije que me quedaria con el —dijo Eva.

— Hija... —recalcó Michael.

— Está bien... —dijo Eva y se fué deslizándose.

— Asi que, ¿sales con mi hija? —dijo Michael.

— S-Si... —respondió Ajar.

— Si mi hija no te conociera estarías del otro lado... Asi que hablaré contigo sobre por qué quieres venir a vivir aquí. Aquí sólo viven serpientes verdes, las polvorientas no son aceptadas, pero, si tú logras convencerme puede que haga una excepcion contigo —propuso Michael.

— ¿De qué forma? —preguntó Ajar.

— Demostrando que no eres como las demás polvorientas —respondió Michael— Si demuestras que no eres como otras polvorientas podras vivir aqui, yo ya veré cómo hacer para que otras polvorientas no quieran entrar aqui —dijo Michael.

— Lo haré —dijo Ajar.

— Eso espero Ajar, pero si no demuestras lo suficiente te alejarás de aquí, y no te dejaré verla más. No me importa que mi hija me odie —dijo Michael— Tienes 3 dias para demostrarme que no eres como las otras polvorientas y que en verdad aprecias a Eva —agregó Michael.

— Está bien —dijo Ajar.

— Te pondré el ojo encima —dijo Michael.

Michael y Ajar tuvieron una amplia conversación hablando del lugar, sus habitantes, vecinos, etcétera. Hasta que después de varios minutos, terminaron en un acuerdo y Ajar volvió con Eva.

— Uff... —suspiró Ajar.

— ¡Ajar! Que, ¿como te fue con mi padre?, ¿resolvieron algo? —preguntó Eva.

— Me puso a prueba por tres días, quiere asegurarse que sea apto para tí. Quiere que te proteja, y eso haré —dijo Ajar.

— Sé que podrás hacerlo. Pero cumplire mi promesa que no dormiras fuera del Oasis —dijo Eva.

— Gracias Eva —dijo Ajar.

— Jeje, te amo Ajar. Sólo ten cuidado, conozco las pruebas de mi padre y no son frágiles, llamará a sus Guardaespaldas para atraparme, pero como me defenderas te atacarán a ti. Eso me preocupa... —advirtió Eva.

— Estaré bien —dijo Ajar.

— Prométeme que no dejarás que te hagan daño —dijo Eva.

— Lo prometo —dijo Ajar.

Al atardecer, Eva entró a su cueva con Ajar donde ahora descansarían juntos, en cambio, Gary estaría con Pietra

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Al atardecer, Eva entró a su cueva con Ajar donde ahora descansarían juntos, en cambio, Gary estaría con Pietra.

— Espero sea de tu agrado, dormirás conmigo en mi habitación —dijo Eva mostrándole el lugar a Ajar.

— Vaya... Es lindo, es decir, nunca ví algo así —dijo Ajar sorprendido.

— Jeje, me alegra que te guste —dijo Eva.

— Es muy lindo y acogedor —dijo Ajar.

— ¿Dónde dormirá Pitt y Pietra? Bueno... Pietra seguramente con Gary... —dijo Ajar.

— Es lo mas seguro —dijo Eva.

En cambio, Gary le mostraba su habitación o cueva a Pietra.

— Vaya guapo, es tan bello este lugar —dijo Pietra.

— ¡Claro que si!, es de mi estilo ¿sabes? —dijo Gary.

— En eso estoy de acuerdo, lindo —dijo Pietra.

— Y espero de tu estilo también. Por que, ¿sabes?, Tú y Yo somos muy iguales —dijo Gary— Yo no puedo bailar sin inspiracion. Pero te aseguro que quedarás sorprendida si algún día me ves bailar —agregó Gary, alardeando.

— Ya lo veremos precioso —dijo Pietra.

— Oye, y a ti.... ¿te gusta el polen? —preguntó Gary.

La Aventura de AjarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora