CAPITULO 8

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Ha pasado ya una hora, Ajar despertaba lentamente después del fuerte golpe que había sufrido. Ajar abrió sus ojos y miró a su alrededor.

— ¿Huh? ¿Eva? —dijo Ajar mirando alrededor.

— ¿Hablas de aquella hermosura? Jaja, está donde tú nunca serás feliz —dijo Saladin.

— ¿Eh? ¿¡Qué quieres!? —dijo Ajar al ver a Saladin— ¿¡Dónde está!? —preguntó Ajar.

— Tranquilo Ajar, sólo no quiero que seas feliz, ¿Porque? Porque es lo que quiero hacer, jajaja... —amenazó Saladin.

Ajar retrocedió deslizándose un poco asustado.

— ¿Oh, qué pasa? ¿Te asusté? —dijo Saladin con un todo de burla.

— ¡No te tengo miedo! —dijo Ajar.

— Entonces ¿Porque retrocedes? —dijo Saladin.

— Yo, emm... —dijo Ajar nervioso.

— Sabes que yo nunca te dejaría en paz —dijo Saladin y se acercó a Ajar— ¿Porque quieres irte de aquí? —preguntó Saladin y agarró del.cuello a Ajar con su cola— ¡Aquí tienes muchos lujos! —dijo Saladin.

Saladin empezó a reír a carcajadas,mientras apretaba fuertemente el cuello de Ajar con su cola. Ajar trató de liberarse pero.no podía, y cuando estaba al punto de quedar sin aliento, Saladin lo tiró contra el suelo.

— Eres muy débil para ser quien eres —dijo Saladin.

Ajar empezó a toser después de casi morir asfixiado.

— Si regresas al Oasis, no te sorprendas de siempre despertar aquí —dijo Saladin amenazando.

— ¡No te atrevas a hacerlo! —dijo Ajar.

— ¿Algo me detendrá?— dijo Saladin.

Ajar se quedó sin palabras, no tenía una respuesta, lo cual lo entristeció bastante.

— ¿Así que volveras al Oasis? ni aunque vivas ahí te dejare en paz recuerdalo —dijo Saladin.

— Siempre me despreciaste, no entiendo porque no me dejas irme de aquí —dijo Ajar.

— Exactamente por eso, Te desprecio tanto que no quiero que te vayas.... JAJAJA— dijo Saladin burlándose.

Ajar se enfadó tanto y por su ira golpeó fuertemente a Saladin con su cola, pero Saladin detuvo el coletazo de Ajar, ya que era más fuerte y ágil que Ajar.

— ¿Pretendias golpearme? ¡Jajajaja! Eres muy débil — dijo Saladin burlándose de Ajar y luego lo empujó a tirandolo con facilidad.

Ajar cayó al piso, estaba muy débil a comparación de Saladin. Ajar se sentía destrozado por dentro, nunca iba a poder vivir en paz.

Saladin agarró una piedra con su cola y aprovechó que Ajar estaba en el piso para golpearlo en la cabeza y noquearlo. Pero, Ajar al ver lo que Saladin pretendía, rápidamente trató de huir. Saladin solamente lanzó la piedra hacia Ajar, quien cayó aturdido al piso quedando nuevamente inconsciente.

— Eres tan solo un gusano... —dijo Saladin acercándose a Ajar.

Mientras tanto en el Oasis, Eva estaba preocupada buscando a Ajar por todos lados.

— ¿Ajar? ¿Donde estás? Si estás queriendo jugar una broma, ¡no es gracioso! —gritaba Eva preocupada buscando a Ajar.

Eva estaba muy preocupada, así que fue con Michael por si había visto a Ajar en algún lado.

— Padre, ¿has visto a Ajar? —preguntó Eva.

— ¿Uh? No, No lo he visto hija ¿salio del oasis o algo? — preguntó Michael.

— Hace una hora había salido a buscar comida para desayunar, pero no ha vuelto desde entonces —dijo Eva.

Michael al escuchar la respuesta de Eva, tuvo sospechas de que Saladin le habia hecho algo a Ajar.

— Eh, espera aquí hija —dijo Michael y se fue deslizándose rápidamente al hábitat de las polvorientas.

— ¿A dónde vas? —preguntó Eva.

— ¡Sólo espera con tu madre! —dijo Michael mientras continuaba deslizándose.

La Aventura de AjarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora