Segundo Boom: Perdido

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-Ah... No tan deprisa-. Jadeaba el azabache.-Me lastimas Diego-. Con su poca fuerza se soltó del agarré.

-¡Edd!-. Grito el mayor haciendo que el mencionado retrocediera del susto.-Lo siento, no quería gritarte-. Comento el mayor comenzando a calmarse.

-¿Qué te pasa, porque actúas así de repente?-. No necesito respuesta debido al leve sonrojo que apareció en el rostro de su novio.-¿Te pusiste celoso?-.

-Lo siento.- Volvió a disculparse.-Es que no me agradó la forma en que te miraba-.

-Diego...-. Posó su mano en el rostro del mencionado.-No tienes que ponerte celoso de un desconocido que sólo quiso hacer tiempo mientras llegaban sus amigos-.

-Si lo se, lo siento. Se que tu nunca llegarías a engañarme-.

-Y si lo sabes, ¿por que te pusiste celoso?-.

-Fue el impulso, cuando alguien te gusta demasiado y sabes que lo amas, no soportarías la idea de que termine contigo por otra persona-.

-Oh diego, no terminaría contigo por querer a alguien más; yo no soy así-.

-Tu gentileza hace que me sienta como un idiota-. Mascullo una ligera risa.

-No te digas así que no lo eres-. Se inclinó sobre diego para poder darle un ligero beso en sus labios.-Vamos volvamos a lo que estábamos ¿de acuerdo?-.

-De acuerdo-. Dijo sonriendo. Tomados de la mano volvieron a lo alto de la montaña.

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Cuando cayó la noche todos se encontraban en la cabaña resguardándose del fuerte frío, cenando o platicando en la sala junto al fuego de la chimenea.

-Bien Fred, cuéntanos-. Habló Emanuel.

-¿Qué cosa?-.

-Lo que nos ibas a contar, sobre porqué había que estar en la cabaña antes de que oscureciera-.

-Ahh jajaja, ya se me había olvidado-.

-¿Que tanto parlotean?-. Pregunto Zavala acercándose de manera sutil al grupo de chicos.

-No creo que te interese, son cosas terroríficas-.

-Terroríficas ¿eh?, bueno no vayas a mojar la cama cuando vayas a dormir Emanuel-. Se retiro sin esperar alguna respuesta. El otro no le tomó importancia a su comentario y volvió a incorporarse.

-Bueno comienza que la intriga me mata-. Habló esta ves Rogelio.

-Vale vale. Bueno la historia comienza así...-. Se detuvo en seco cuando escucho la voz de Diego.

-¿Ya estás contando tu historia?-.

-Eso iba a hacer hasta que me interrumpiste-.

-Lo siento, llegue a tiempo entonces-.

-¿Y edd?-. Preguntó Emanuel.

-Se fue al cuarto a dormir, me dijo que estaba cansado-.

-¿Me dejaran contar la historia, o no?-.

Ultimo Adios (Kevedd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora