(Brian Justin Crum, Creep. Escuchar cuándo lo indique ⬆⬆⬆⬆)
Ding - Dong
Ding - Dong
Ding - Dong.Un agudo y estridente sonido proveniente del mundo real me arrancó del único lugar en el que no tenía problemas de ningún tipo, exceptuando algún que otro payaso asesino u oscuro laberinto sin salida de vez en cuando.
La alarma sonó puntual a las seis de la maňana, aturdiendo mis cinco sentidos y obligándome a que a los pocos segundos abriera los ojos y apagara el desesperante sonido del móvil.
Debería tomarme unos calmantes definitivamente para poder moverme hoy, aún recostado entre las sábanas podía sentir los músculos de mis piernas agarrotados como dos piedras... y éso que me había asegurado de elongar bien ayer.Ayer.
Me giré sobre mi eje, mirando hacia el ventanal de mi humilde departamento. El pequeňo balcón estaba completamente blanco, afuera nevaba.
¿Hacía cuánto que no veía nevar? Pff... Aňares, pero era un espectáculo digno de admirar y temer por igual.Como cierta persona.
Sin perder más tiempo, pues que nevara no me solucionaría la vida ni las deudas que pagar a fin de mes, me levanté de mi cómodo lecho y me dirigí al baňo, dispuesto a tomar una relajante ducha caliente que, al menos, aflojara un poco la tensión en mi cuerpo y fuera más llevadera la primera mitad del día.
Abrí el grifo de agua caliente de la ducha y me despojé de mi boxer negro, la única prenda que usaba para dormir.
Dejé que el agua se llevara mis preocupaciones y molestias, todo lo que no me servía para poder avanzar y seguir con mi vida, pues me sentía cargado de sentimientos y cosas de las que siempre traté de huir para mantenerme a salvo. Ésa era mi estrategia. Mi defensa ante quiénes quisieran herirme.Tras lavar mi cabeza y mi cuerpo, salí de la ducha y me sequé con la primera toalla que encontré en el cesto de ropa limpia, procediendo a mirarme al espejo que estaba justo encima del lavabo.
Cuatro marcas rojizas que ya iban para violeta con forma de delgadas y pequeňas medialunas adornaban el lateral izquierdo de mi cuello, ientras que otra igual y solitaria estaba del lado derecho. Con ceňo fruncido, pasé cuidadosamente la yema de mis dedos índices y mayor por los moretones, cerrando mis ojos por inercia al pequeňo dolor punzante que sentí.
Delante de mí ya no encontraba el espejo y mi reflejo en él, tampoco estaba ya en el baňo.
Mi espalda desnuda se crispó al sentir la ilusión del frío metal de los casilleros contra los que estaba siendo acorralado por una mano férrea y delicada a la vez, sin embargo, su cercanía me transmitía el calor suficiente como para que no me preocupara de lo que tenía detrás, sino adelante.
Dos ojos afilados y negros me miraban fijamente a través de la oscuridad, sus labios escupiendo palabras de odio y rechazo hacia mi, mis pulmones acoplandose entre sí cada vez más por la falta de oxígeno...El aire comenzaba a escasearme horriblemente y abrí mis ojos, encontrándome con un tipo asustado y agitado, con los pómulos rojos y los ojos fijos en mí. Todos los días lo veía y sentía pena por él. Me preguntaba si algún día su vida iba a mejorar y sonreír como lo hacía antes, cuando boca grande se ampliaba lo suficiente como para mostrar una sonrisa rectangular que encantaba a todo aquél que lo mirara. Cuándo su vida era más fácil y las preocupaciones no existían.
Pero, a juzgar por sus pensamientos y su mirada de desconfianza en sí mismo, no creía que fuera a cambiar algo.
Parecía que Taehyung estaba destinado a ser miserable por siempre.

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El Cisne (VMin)
FanfictionPark Jimin es el primer bailarín del Universal Ballet of Korea. Debido a una traumática ruptura amorosa, decide cerrar su corazón a todos, convirtiéndose en un ser románticamente inalcanzable... excepto para Kim TaeHyung, el peor y más nuevo bailarí...