Falsos amigos

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Iba a publicarlo y justo me han interrumpido durante la última corrección, así que disculpad las posibles incoherencias. Aún así lo subo y ya me tiraré de los pelos luego cuando lea la pesquería que he escrito (?) (Sí... no estoy muy convencida de este capítulo)

Aunque Gray siempre se había considerado una persona muy social aquellos últimos días sin la compañía de James le hicieron sentirse verdaderamente solo. El simple hecho de no tener alguien con quien hablar a la hora de levantarse o durante el desayuno bastaron para deprimirle rápidamente y, aunque el resto de los niños de aquella casa siempre formaban un revuelo a su alrededor y Nayra y Oscar estuviesen con él cuando podían, el rubio se encontró a sí mismo deseando que el soldado se recuperase de sus heridas pronto para poder verle más a menudo.

En aquel momento observaba su mísero desayuno sin muchas ganas de nada, intentando prepararse mentalmente para el largo día en silencio que tenía por delante y amparándose en la frágil esperanza de que al menos podría intentar hacer algo interesante por la tarde "Seguro que puedo convencer a James para echar una partida hasta por la noche" Sonrió imaginándose lo mucho que molestaría a Christian esa idea, consciente de que todo el momento que pasaba Gray junto a ellos dos era momento que aprovechaba para intentar soltar alguna cosa embarazosa del pelinegro enfrente del castaño.

 De repente, un rostro conocido entró al comedor y los pensamientos del rubio quedaron interrumpidos. Gray observó asombrado como Scapa se adentraba entre las mesas repletas de niños y sintió como los nervios le invadían al ver como el mayor recorría la sala con la mirada. "Me busca" No había duda de ello, el problema era que Gray no estaba muy seguro de querer verle a él. La última vez habían discutido y él había acabado diciendo cosas que ahora con la mente fría se le hacían ridículas y embarazosas. Cruzó los dedos por debajo de la mesa y fijó la cabeza en su bol de avena intentando pasar desapercibido "Que no mire hacía aquí, que no mire hacía aquí"

—¿Gray? —El rubio dejó escapar una palabrota por lo bajo al sentir la voz de Scapa a sus espaldas. Cerró con fuerza los ojos unos instantes y para cuando se volvió para mirar a su amigo una perfecta falsa sonrisa adornaba su rostro.

—Creo que te equivocas, yo me llamo Damian —dijo con inocencia. Scapa frunció el ceño ligeramente por su descuido y miró a ambos lados con desconfianza. Nadie parecía estar prestándoles atención.

—Damian, ven, necesito hablar contigo — Sin esperar confirmación por parte del rubio dio media vuelta y caminó hacia la salida. Gray miró su bol medio lleno y contuvo un suspiro.

—Ni siquiera me has dejado terminar el desayuno —Aún así se levantó y siguió al muchacho con docilidad, tal vez movido por la curiosidad de qué es lo que traería a Scapa hasta él.

Caminaron uno detrás del otro durante unos instantes, hasta que por fin llegaron a un pasillo que Scapa debió de considerar seguro. Entonces el castaño se detuvo y se apoyó en la pared, cruzándose de brazos. Gray se mantuvo de pie a su lado, observando con cierta molestia la diferencia de altura que había entre ellos a pesar de que Scapa estuviese ligeramente encorvado. Este decidió dejarse de silencios incómodos y habló.

—Te han transferido a la sala de juegos— Gray no pudo ocultar su sorpresa ante esa noticia, sus labios formaron una perfecta "o".

—¿Por qué? —Scapa gruñó.

—Nico vino a decírmelo el día... el día de la pelea. Dijo que había encontrado a un excelente jugador —Gray dejó escapar una mueca de culpabilidad, tal vez jugar a las cartas con aquel chico no había sido la mejor idea—, pero está claro que eso es solo palabrería ¿A caso le has dicho algo?

Sin rumbo (BL) (Rumbo a la guillotina 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora