Encuentros indirectos

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Tengo sueño y exámenes. No se porqué siempre me pongo a escribir cuando tengo exámenes... 

Feliz año nuevo a todos ^^



—Llevas todo el viaje callado — James desvió la vista de la ventana del carruaje para observar el rostro preocupado de Karen, pero no contestó. Desde aquel día en el claro no había hablado con su amigo a solas ni una sola vez y ambos sabían que era porque el soldado había evitado cualquier tipo de conversación a toda costa. James no estaba acostumbrado a mostrar sus sentimientos ante la gente, pero aquel día cuando comprendió que Christian le había dejado las lágrimas rodaron por sus mejillas mucho antes de que pudiese pensar siquiera en contenerlas y su amigo había corrido a consolarle. Ahora cuando pensaba en ello no podía evitar sentirse avergonzado por mostrar un comportamiento tan patético frente a su rey. "Menudo comandante estás hecho" —Pronto llegaremos a Dines

James ya lo había supuesto, porque hacia ya un buen rato que podía observar la costa desde el carruaje. Situada en un puto estratégico en la frontera con Kraig el mundo mercantil había prosperado inmensamente en aquella ciudad, y no solo por el intercambio continuo que realizaba con el país vecino, ahora apagado por las tensiones ente reinos, sino que además poseía uno de los puertos más importantes de aquella era. Dines era una ciudad profundamente deicida a los negocios, "la ciudad de las oportunidades" la llamaban. La gente viajaba ahí en busca de fortuna y si eras un poco hábil y sabías mover bien tus fichas muy probablemente la encontrases.

Cuando vieron por fin las torres que marcaban la entrada principal de la ciudad Karen corrió las cortinas, Jenna había acabado por aceptar el hecho de que no conseguiría convencer al rey de no ir a las fronteras así que en cambio le había hecho prometer que la partida y llegada sería lo más discreta posible. Solo las personas de confianza estarían enterradas de que el rey había llegado a aquella ciudad. Ella misma había salido unos días antes para organizarlo todo y no llamar demasiado la atención.

— Es una lástima tener que viajar por mi propio país de esta manera —Comentó Karen con cierta mirada melancólica y con aire soñador —La gente de Dines se habría alegrado de saber que venía el rey. Habrían montado una fiesta.

James sonrió débilmente

—No habrías ido a la fiesta ni aunque te la hubiesen hecho — Su amigo le devolvió la sonrisa, aliviado de que por fin hubiese dicho algunas palabras.

—Lo se, pero al menos ellos se lo habrían pasado bien —Eso era típico en Karen. Dejar que el resto disfrutase mientras él se dedicaba al trabajo—. Jenna se pasa con eso de la seguridad.

—Solo quiere asegurarse de que todo va a salir bien.

—Vaya, ¿Ahora te alías con ella? —Karen se cruzó de brazos y fingió un puchero de niño pequeño —. No es justo.

—Ya entraron una vez en tu cuarto solo para darte una carta, quién dice que no lo harán la próxima para matarte.

Por fin el carruaje aminoró el paso hasta detenerse y la puerta que se encontraba más cerca de James se habría, dejando paso al rostro malhumorado de Jenna.

—Perfecto, ya pensé que nunca ibais a llegar — James el humor de perros que se gastaba la chica y de un saltó bajo del carruaje seguido de Karen. La chica no iba sola, a su lado un joven de cabellos cobrizos y pecas les sonrió. Al verle James no pudo evitar pensar en Astrid con nostalgia. Hacía siglos que no veía a la pequeña —Nos divisemos para llegar hasta la casa del general. James irá con Peter y Karen conmigo.

— ¿No te parece un poco exagerado tener que incluso dividirnos? —Preguntó Karen con una ceja alzada, pero enmudeció inmediatamente al ver el rostro de la chica y esbozó una sonrisa beata —, de acuerdo, dividámonos.

Sin rumbo (BL) (Rumbo a la guillotina 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora