Siempre su profesor. [HP]

Proteger lo más querido.

Debemos proteger aquellos que amamos. Proteger lo correcto. Proteger lo más querido.

Con calma repetía las palabras de su abuela, una mujer que era rechazada por su familia al ser una Squib. Poppy abrió los ojos, debía formular el hechizo sin dificultad por su bien. Draco Malfoy era su oponente en aquel entonces, su casa nunca fue rival para ninguna otra, salvo si acaso, para los leones de Gryffindor.

— ¿Listos? 

Draco sonrió con superioridad, tenía el duelo ganado. Por fin su idiota profesor de Defensa se dignaba a dar una excelente clase, enfrentar a los estudiantes entre si. Los duelos era una forma cortés de ver que estudiantes eran los mejores. Malfoy era uno de ellos, era una pena que no enfrentará a Harry Potter.

— ¡Empiecen! 

— ¡Offensio! 

Goodwin dijo fuerte y claro, Malfoy confundido no evitó protegerse del encantamiento y termino por caer al suelo. El resto de los alumnos rió divertido, un pequeño hechizo lo hizo tropezar sin dificultad alguna. Molesto, Draco se levantó.

— Maldita, ahora veras... ¡EXPULSO! 

Poppy agrandó los ojos al ver el destello dirigirse a ella, con rapidez se protegió. Sorprendiendo no solo a su profesor, si no, a sus compañeros. Si ella ganaba el encuentro, las burlas de su anterior sesión quedarían en el olvido. Tan distraída estaba de ver a sus compañeros de clase que no escucho el hechizo que lanzó con malicia Malfoy.

— ¡Poppy! 

Grito una de sus compañeras, pero era tarde, el hechizo la golpeo con fuerza. Su cuerpo fue atado por cadenas que oprimían cada una de sus extremidades. Era un hechizo demasiado avanzado ¿Cómo lo conocía Draco? el aire se escapa de sus pulmones, las cadenas le impedían poder respirar. Dejo caer su varita y poco a poco sentía que su vista se nublaba. A lo lejos la voz de sus compañeros se escuchaba.

Pero solo logro escuchar la risa de su compañero de casa.

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Señorita Goodwin

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Poppy

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Por fin abrió sus ojos. Remus Lupin, actual profesor de Defensa miraba a su alumna con preocupación. Debió prever las intenciones del joven Malfoy pero de nuevo no intervino, debía recordarse con constancia que no se encontraban en su antiguo colegio, los estudiantes a su cargo no eran -por decirlo- tan rápidos como sus antiguos compañeros de academia.

La señorita Goodwin se encontraba bien, una vez perdió el conocimiento aturdido a Draco Malfoy con un simple encantamiento de Immobilus. Retiro a la clase, no sin antes recordarles que los duelos era una forma sana de convivencia, para enriquecer la sabiduría de los magos y brujas, no era un duelo a muerte para ver quién era el mejor. Solicitó dos pergaminos de la importancia del encantamiento Protego y sus derivados para el viernes por la tarde.

— ¿Dónde estoy? 

— En la enfermería, se desmayó.

— ... ¿Perdí? 

La señorita Goodwin recibía burlas constantes después de su escena ante el boggart. Sentía en cierta parte que fue su culpa por no intervenir. Y ahora en su derrota con el mismo Draco Malfoy tal vez las burlas aumentarían. La joven se ofreció en el duelo para enfrentarlo y callar todo lo que decía de su persona.