Los deseos se cumplen.

929 86 38
                                    

Advertencia: Reproducir el video al iniciar letras en negrita, para ambientar.

↠↦↝

Los deseos se cumplen. Su abuela siempre solía decir aquello. Su preciada abuela era una Squib, su familia la detestaba, su padre la rechazaba, nadie la soportaba ¿Cuál fue su crimen? Amar, su delito fue querer al niño que engendró con todo su corazón. Esa dulce anciana soportó humillaciones, burlas y destierro, todo por el bien de su familia.

Solía visitarles cada tres meses, cuando recibió la carta de Hogwartd Goodwin la dejo de ver. Al preguntar a su padre contestó que solo sería posible venir cada año.

Su familia odiaba a esa dulce mujer.

A la corta edad de once años Poppy comprendió que el amor no bastaba para ser aceptado. La sangre era la única, en definirte como ser humano. Goodwin lo percibió, ahora, no estaba tan segura de ello.

Sonriendo se encontraba, junto a la mesa de profesores. Ataviada en un hermoso vestido azul oscuro cubierto de brillantes, disfrutando la festividad que alegraba el castillo, Navidad. Siendo su tercer año, fue una grata sorpresa para los estudiantes el poder utilizar sus ropas habituales y no el uniforme, una excepción que se debía a Albus Dumbledore, director de la prestigiosa escuela. Pocos eran los estudiantes que se encontraban, sumando a los profesores y el personal restante, solo cien almas estaban disfrutando una deliciosa cena de navidad.

— Por un año más juntos — sonrió Ron a su querido amigo Harry.

— ¡Por un año más de travesuras! — rio Fred.

Ambos comieron una uva. Riendo, Harry Potter compartía la víspera que pasaba en casa de sus tíos con el resto de sus amigos. Una tradición muggle, era pedir un deseo por cada uva que se comía, era eso, o el señor Potter confundía la festividad con año nuevo. Volvieron a comer una uva nuevamente cuando Percy Weasley deseo poder ser premio anual próximamente, recibiendo claro una burla de los gemelos.

— Veo que disfrutan la fiesta.

— Ni que lo diga profesor ¿Cómo se encuentra?

— Excelente, gracias señorita Goodwin.

Un rubor cubrió sus mejillas ante la radiante sonrisa que su profesor de Defensa le ofrecía. Después de su encuentro nocturno, Goodwin sentía en el fondo de su corazón que sin duda tenía a alguien de confianza dentro del castillo. Era extraño, sentía un ligero regocijo al verlo convivir con ellos, tenerlo tan cerca y sentirse dichosa de compartir esos momentos junto a su profesor. La sub directora Minerva McGonagall se acercó, uniéndose a la singular celebración.

— ¿Un deseo? — cuestión al ver una uva con seriedad, esperando encontrar alguna trampa.

— Si profesora — comentó Harry sonriente, pronto se unió el profesor Dumbledore a ellos.

— Vamos Minerva, pida un deseo — comió una, dos y tres uvas  — No debe ser tan difícil, ¿Verdad Severus?

— Sería bastante pedir, no seguir con esta absurda celebración.

— No seas aguafiestas.

Las mejillas del director estaban rojas por la cantidad de brandy que consumía, al igual que el resto de los profesores no existía reglas rigurosas para disfrutar a lo grande. Riendo el resto de los alumnos al ver al director pedir, que Severus Snape fuera más alegre ese año, el jefe de los Slytherin malhumorado decidió retirarse, pero un brazo ágil lo detuvo. Dumbledore parecía haber sobrepasado las copas debidas.

Siempre su profesor. [HP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora