Partida.

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¡Sigo viva! 

Disculpen la demora, espero disfruten el capitulo como tanto lo disfruto al escribirlo. 

Gracias. 

● ℂ ●

Las palabras de la enfermera retumbaron sus oídos. En su mente el eco de las mismas se fueron desvaneciendo, abrió los labios buscando respuestas pero la mujer delante negó al no tenerlas. Poppy balbuceo un poco, rio nerviosa ante lo que posiblemente era una broma de mal gusto. Pero Pomfrey le miro con esos ojos color miel preocupada.

La mujer adulta se acercó. El frágil cuerpo de la adolescente delate suyo tembló ante su tacto. La chica no era consciente de las gotas saladas recorriendo sus mejillas. La noticia no le sentó bien, y temiendo lo peor, Pomfrey la tome del brazo para pedirle que tomara asiento.

Pero no lo hizo.

Se desprendió del agarra y salió corriendo.

— ¡Señorita Goodwin!

El sonido de la preocupación se perdió, al igual que Poppy en los pasillos.


Podía verlo. Realmente lo veía al recorrer los pasillos, con aliento entre cortado Poppy juro observar sus recuerdos desvanecerse ante sus ojos. El latir de su corazón le golpe el pecho al detenerse en el inicio de las escaleras. Alzo la vista y lo vio.

Con maleta y varita en mano. Mostrando una sonrisa cautelosa al saludar con un "buenos días" a los pocos estudiantes que regresaban del desayuno.

Ninguno hizo comentario cuando sus miradas se encontraron. El profesor bajo con prisa al ver las lágrimas en el rostro de su antigua estudiante. Una débil sonrisa ilumino el mismo ante las palabras de la joven.

— ¿Por qué debe irse?

¿Por qué? El mismo se preguntó aquello horas atrás.

Sin decir nada, ambos caminaron uno a lado del otro, dejando un rastro de pequeñas gotas saladas en el camino. Los estudiantes iniciaron a despertar, el castillo en poco tiempo se llenó de bullicio, risas y juegos. Cada alumno gozo de un buen fin de semana, ignorando el secreto que fue revelado por un ser lleno de venganza.

Severus solo vio, por la ventana de la torre del reloj a su estudiante caminar hacia la salida del castillo, a su lado, la vil escoria de Lupin le sonrió, observo los labios de ambos moverse, pero a esa distancia le era imposible escucharlos. Podría enviar a Argus para espirarlo. Pero, era innecesario.

La sonrisa del profesor de Pociones creció conforme un grupo vestidos de color verde y plata corrían anunciando a los cuatro vientos que el aclamado profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras era nada más y nada menos, que un hombre lobo.

En brevedad las cartas de los padres de familia iban a llegar, reclamando y exigiendo la expulsión inmediata de aquel ser mágico. Severus se alejó del ventanal, con una sonrisa llena de satisfacción por sus actos. Por otro lado, a las afueras de los terrenos de Hogwarts una disputa se llevó a cabo.

Después de salir en silencio del castillo, ambos, alumna y exprofesor disfrutaron de la compañía, hablaron con brevedad de la situación. Era sorprendente como la joven Slytherin dejo por un momento su amargura y tristeza para verle con preocupación. Lupin se sintió agradecido de ver la calma en el rostro de Poppy al escucharle sobre opciones para su vida fuera de la escuela.

Siempre su profesor. [HP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora