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—Handicap—

Aun esperaba abrir sus cuencas y ver a su hermano menor pero lo único que había era esa ridícula pared, sabía que estaba atrapado y entonces ¿por qué seguía creyendo que, al cerrar los ojos, contar hasta tres y volver a abrirlos le haría estar de vuelta en casa?, sus esperanzas decaían poco a poco, se desvanecían al imaginar a sus amigos sentado en distintos lugares, tomando algo para el estrés, incapaces de comer por la angustia y quizá mirando las paredes con nostalgia.

En un futuro podrían estar sentados en esos mismos lugares, tomando la misma bebida mientras miran a su alrededor y conversan sobre el chico que alguna vez vivió ahí. Él se convertiría solo en una anécdota perdida en el subconsciente de todos. La oscuridad terminaría ocupando su lugar.

No le gustaba la idea, pero más le disgustaba el tacto de las manos de Horror en su cuerpo. Cada parte de él era tocando con deseo y de alguna manera ese tipo conocía todos sus puntos sensibles que provocaban gemidos por tan eróticas acciones. Palabras. Caricias. Era tan aterrador saber que ese hombre lo conocía a la perfección, le provocaba tantos escalofríos. Quería morir. Para Horror tenerlo a su merced era como una fantasía hecha realidad, Lust había sido su material para masturbarse cada noche, pero ahora estaba ahí para satisfacerlo como debía ser.

Sería una satisfacción mutua, un acto de amor y placer. Lamia y chupaba cada parte de su cuerpo, lo tomaría como una manera de limpiarlo, todos esos monstruos que pusieron sus manos en él, todas esas caricias serian eliminadas por completo. Serian reemplazadas por las suyas, nadie más seria digno de poseer ese cuerpo. Lust no podría olvidarle nunca. No lo haría. Y todas sus caricias solo suyas. Sus gemidos solo suyos. Sus besos únicamente suyos. Todo de él era suyo ahora.

Se incorporó para tomar el rostro del menor y poder besarlo de una manera apasionada permitiendo que sus lenguas se juntaran formando una danza en sus cavidades. Se separó de aquel beso para apreciar el bello rostro de su amante, el detonante fue la manera en la que lo estaba observando, con unos ojos iluminados en deseo y emoción acompañados de ligeros jadeos. <<Detente>> murmuraba, pero no, solo tenía que acostumbrarse a ser tocado y tomado por él. <<Para>> Podía apostar a que eso no se lo decía al resto de seres que lo tocaban, pero lo entendía, estaba asustado, pero no había de que preocuparse, sería delicado. Quería olvidar a todos esos que pagaron por tener su cuerpo y tomar esta como su primera vez. -Te haré mío toda la noche. Puedes confiar en mi, seré gentil. - 

[...]

Aun escuchaba su gruesa voz susurrando esas palabras una y otra vez mientras lo sentía moviéndose en su interior, sentía tanto asco de su cuerpo ahora mismo. Era realmente algo muy desagradable.  

Ahora se encontraba con hecho un ovillo dentro de la tina con agua. Esa habitación había sido construida a detalle, tenia su habitación, una especie de cocina, pero estaba seguro que aun no estaba lista para usarse, pero tenia un baño. 

Era lo único que agradecía, un lugar donde pudiera estar solo y pensar sobre lo anterior. Sobre todo lo que estaba pasando. ¿Por qué él? De todos los monstruos que existen ¿por qué lo escogió a él?, no lo sabia, pero pronto las lagrimas lo dominaron.