Capítulo 33

2.4K 152 15
                                    

-¡No se te ocurra tocarle ni un solo cabello!.-

-Que pasa preciosa.. pensé que habías dicho que no tenías a nadie a quien querer.- ríe malicioso.

-No se te ocurra acercarte a el, o si no acabare contigo de la manera mas cruel y despiadada.-

-Lo siento cariño, aquí la única que va a morir despiadada serás tu.-

-Hmp, cuando me desate de aquí me rogaras por tu asquerosa vida.-

-No, lo creo..-

Osamu saco un pequeño cuchillo que lo guardaba por su cinturón, lo paso por sus dedos, y luego lo pazo cerca de mi rostro.

-Veamos quien le suplica a quien.- fue lo que dijo.

Me enterró el cuchillo por la parte trasera de mi cintura. Podía sentir como me quemaba ese pedazo de metal enterrado en mi cuerpo, el dolor era jodidamente insoportable, y eche un grito de desesperación y dolor.

-¡Hijo de tu..!-

-Hay niña, tu y tu vocabulario.-

No podía pensar con claridad el dolor era insoportable, sentía como la sangre recorría mi cuerpo. Dejo el cuchillo aun enterrado en mi cuerpo, era insoportable. 

-Sabes, te aria un gran favor si te saco esa cosa de ahí.- 

¡No!, si este imbécil decide sacármelo me desangrare, y mi muerte sera mas lenta y dolorosa. 

-¡AH!

Me saco el cuchillo con brusquedad, solté un grito cuando lo hizo, sentía que me quemaba, sentía como si aun estaba ahí dentro, mi cuerpo comenzó a temblar, de repente sentí frió. ¡Maldición! 

-¡Hey!, niña no te mueras aun, esto apenas comienza..- 

Me tomo de la barbilla, y alzo mi rostro. Mis ojos pesaban, comenzaba a ver borroso. Empezaba a sentir mas flojo mi cuerpo. Un hombre comenzó a a desatarme, pensé que era mi oportunidad y a si lo era pero osamu me tomo de la cintura, y con su mano comenzó apretar mi herida. 

-¡AHH!- 

-Hay, perdona.. ¿te dolió?.- dijo con sarcasmo. 

No podía, sentía mis pies débiles, me estaban fallando, no quieren responderme. Caí en el pecho de osamu. El me tomo de los cabellos e hizo mi cabeza para atrás. 

-Bien señorita, are que se sienta mas cómoda.- 

Dijo susurrando en mi oído, me tiro mas fuerte del cabello haciendo que cayera al suelo, toque mi herida, sentía la sangre aun ya mas dispersa en toda mi playera. 
No duro mucho que estuviera en el suelo, un sujeto me levanto, agarro mis brazos, y los puso por encima de mi cabeza. 
Mi vista se nublaba cada vez mas, sentía algo espinoso en mis muñecas, me dolía me rapaba y las sentía fuertemente atadas.
Mis pies estaban tocando tierra, pera de igual manera estaban fuertemente atados, mire un poco hacia arriba, y era exactamente lo que me imaginaba.
Mis manos estaban amarradas por una cuerda rasposa que estaba atada a una cadena que colgaba del techo, mis estaban de igual manera, la penetrante luz del fondo dio con mi cara nuevamente, tuve que apretar un poco mis ojos para acostumbrarme a la luz. 

-Ahora si te sientes cómoda.- 

Volvió hablar, este maldito no le basto con tenerme atada por todo el cuerpo. Y ahora hace que mis brazos cuelguen por sobre mi cabeza. 

El Rosario de la Madre. [Sasusaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora