Simplemente fuego

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Nos quedamos en...

C: (Besándola como un loco) ...Te amo tanto mi vida...Te adoro Victoria....

V: (Entre jadeos)... César....

C: Mmmmm??

V: ...Desnúdame....

Continuación...

El tirón que sintió en su entrepierna fue inmediato, como el jadeo que se escapó de su boca.

C: (Besándola) ...Q...Qué?... Qué dijiste mi vida?

V: (Mirándolo a los ojos con pasión)... Que quiero que me desnudes... Y que me hagas sentir como la otra noche... Necesito que me ames César...

C: (Fuera de control) ....Victoria mi amor...(Comiéndosela a besos) ...yo...dios....

Ella sonreía en medio de la excitación al sentir lo que había provocado en él... Ahora sus manos la recorrían con ansias por encima de la ropa mientras sus labios se marcaban en su piel y su lengua recorría su cuello; era una sensación maravillosa, que tenía absolutamente olvidada...

C: (Tomándola de la barbilla) Mi amor... quiero que estés tranquila, que me dejes hacerte disfrutar... Sólo voy a acariciarte y a besarte, nada más sí?

V: (Sonriendo con ternura al escuchar aquello) Está bien amor...

C: (Notando cómo el cuerpo de ella se relajaba entre sus brazos) ...Eso es...déjame hacerte feliz.. 

Y allí comenzó lo que sería como tocar el cielo para ambos. César empezó a acariciar sus piernas suavemente, llegando hasta sus rodillas mientras respiraba agitado contra su boca. Ella intentaba mantener la calma pero su cuerpo reaccionaba de forma descontrolada ante sus caricias...

V: (Llevando sus manos a la camisa de él) Esta vez quiero ser yo la que te quite la ropa...quiero verte...(Como en una súplica) Me permites?

C: (Tomando su rostro entre sus grandes manos) Yo soy tuyo...Haz conmigo lo que quieras...Todo lo que desees mi amor...

V: (Rozando sus labios) ...Eres mío, en verdad eres mío por fin...

Sus manos empezaron a desabrochar los botones de la camisa y, sin poder esperar a quitarla completamente, las pasó por aquel pecho masculino que tanto deseaba, suspirando y arrancando un quejido en él. Por su parte, César metía las manos por debajo del vestido llegando a acariciar los muslos de ella, algo que también provocó que Victoria, por un instante, parara de acariciarlo al sentir el escalofrío que ese contacto le había provocado. Volviendo a lo suyo, bajó sus manos hasta la hebilla del pantalón de César y la desabrochó, como hizo después con los botones del mismo, rozando sin querer la erección allí retenida. Inmediatamente sintió fuego en su propia entrepierna, ganas de tocarlo directamente; se ruborizó enormemente sólo con pensarlo.

C: (Preocupado) Espera mi amor...yo me ocupo de eso...deja que yo me quite...

V: (Poniendo un dedo en sus labios) No... quiero hacerlo...

Él se puso de pie y ella se incorporó en la cama para quedar a la altura de sus caderas y poder bajar sus pantalones. Allí estaba, frente a ella, en boxers, muriendo por tocarlo... Introdujo sus dedos por el elástico y tiró hacia abajo para deshacerse de él...Lo que vio después la dejó impactada y completamente enrojecida; no la recordaba tan grande... Era ella la que había provocado aquello...la culpable de que ese enorme miembro la apuntase de esa forma tan descarada... Se le secó la boca...Quería tenerlo entre sus manos... Pero César no la dejó, pues la volvió a tumbar en la cama, preocupado por el impacto que habría causado en ella verlo en ese estado.

Resiliencia TekilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora