Lo que es mío, es mío

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Nos quedamos en...

C: Hmmm...Recuerdas el día que te dije que deberíamos adoptar a Ale?

V: Sí, perfectamente

C: Mi amor... (Clavando sus ojos en ella) Hablaba muy en serio...

V: ....

Continuación...

A Victoria le dio un vuelco el corazón al escuchar aquellas palabras, habría entendido bien?

V: Amor, qué fue lo que dijiste??

C: (Sonriendo al ver la cara de asombro de ella) Lo que oíste, quiero que adoptemos a Alejandra, quiero que legalmente, sea nuestra hija.

Victoria se quedó muda, había escuchado bien, pero no lo podía creer. Imaginarse a Alejandra como su hija ante la ley, le provocaba una alegría inmensa, pero en el fondo de su ser, un dolor anidado en ella por años le produjo una opresión en el pecho al recordar las palabras de César "nuestra hija".

C: (Notando su inquietud) Qué pasó mi cielo? No me digas que no te haría ilusión... Yo sé que la quieres tanto como yo.

V: (Con una tierna sonrisa) Sí mi amor, claro que la quiero tanto o más que tú!

C: A no, de eso nada!! (Acariciando su mejilla) Y entonces, qué es lo que te preocupa mi morenita? Es por la prensa? Yo no creo que vayan a pensar que haya algo entre nosotros por...

V: (Interrumpiéndolo) No, no, no es por la prensa. Además me vale gorro lo que piense la gente. Es sólo que no me lo esperaba amor y bueno (no se le ocurría nada más como excusa y no estaba preparada para compartir sus miedos con él) pues es una decisión muy seria...

C: Sí, yo sé pero, no te haría feliz? Tú y yo, nuestra hija...eh dime...

V: (Sonriendo enamorada) Definitivamente, hubieras sido el mejor padre del mundo...

C: Aún lo puedo ser mi amor, no lo digas con esa penita que me partes el corazón. (Besándola) Mi vida, yo sé que hemos perdido muchos años, pero eso no quiere decir que no podamos disfrutar al máximo los que nos quedan. Quiero dedicarme a hacerte feliz, a sacarte una sonrisa cada mañana, cada noche, quiero una familia contigo, con los pollitos, con Jose Eduardo y con Ale.

V: (Dejando escapar unas lágrimas de alegría) Ay mi vida...(Besándolo) Te amo!! Yo también quiero todo eso contigo! Y gracias, gracias por tu generosidad y por tu amor para mí y para mis hijos. Te necesitamos tanto César...

C: Pues no se hable más. A partir de ahora, me voy a dedicar a ganarme a tus hijos, a que poco a poco me vayan aceptando en tu vida y a darles el cariño y la atención que su padre no les dio, por supuesto sin ocupar su lugar.

V: Eres el mejor de los hombres César Évora, y estoy segura que Ale no podría encontrar mejor padre que tú.

C: Ni mejor mamá que tú... Qué me dices amor?

V: Te digo que sí!! Que sí a todo!!!

C: (Comiéndosela a besos) Gracias mi vida!!

V: No me des las gracias, soy yo la que tiene que agradecerte... Además, convertirme en la mamá de Ale sería un privilegio; es una muchacha maravillosa, llena de virtudes, es....sería el orgullo de cualquier madre cierto?

C: (Acariciando su rostro de nuevo y admirando el brillo que tenían sus ojos al imaginarse mamá de nuevo) Se parece tanto a ti...

V: (Entrecerrando los ojos) Hmmm, a mí sin embargo, se me parece más a ti fíjate. Tiene tu mismo color de pelo, (mirándolo enamorada) tu risa, tu increíble voz, tu inteligencia, ese amor por los caballos, tu bondad y generosidad...

Resiliencia TekilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora