Verdades dolorosas

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Hospital

Habían pasado ya dos horas desde que llegaron al hospital y las únicas noticias que Alejandra tenía era que Victoria parecía haber sido drogada y que se encontraba estable. Cuando se lo permitieron pasó a verla y se quedó a su lado, acariciándole el cabello y esperando a que abriera los ojos. Cualquiera que la viera en ese momento no se imaginaría el calvario que había sufrido aquella mujer, se veía tan bella, tan tranquila así dormida.

V: (Intentando abrir los ojos) Mmmm...

A: (Con mucha ternura y tomándola de la mano) Hola...

V: (Aún un poco desorientada y asombrada a la vez) Ale... Q...Qué haces aquí? Dónde estamos?

A: En el hospital...

V: (Abriendo los ojos de golpe) Qué ha pasado con ellos? Se han escapado? Cuánto tiempo ha pasado? (Rompiendo a llorar) Dime que no se han escapado por favor...

A: No,no, tranquila. Esos miserables están arrestados.

V: (Suspirando) Menos mal... Pero cómo has sabido? Qué haces aquí?

A: Shh, eso no importa ahora Vicky.

V: (Llorando) Gracias Ale... gracias por llegar a tiempo.

A: (Con mucha amargura) A tiempo? Esto es llegar a tiempo? (Recorría todo su cuerpo con la mirada y lloraba) Jamás lo voy a poder olvidar... Cuando te vi en aquella cama....Creí que estabas muerta.

V: (Secando sus lágrimas) Mi Ale... Perdóname...

A: (Cayendo de rodillas ante ella y llorando desconsolada) Por qué? ... por qué has hecho esto?

V: (Acariciando su cabeza) Era necesario Ale... Para algunas cosas he conseguido las confesiones de Omar y han quedado grabadas espero. Pero esto, esto tenía que volver a suceder para tener pruebas...

A: (Con cara aterrada) Volver a suceder? Me estás queriendo decir que no es la primera vez que esos desgraciados abusan de ti?

V: (Bajando la mirada) Omar lleva años usándome para "cerrar negocios con sus mejores amigos".

Alejandra cerró los ojos y se quedó sentada en el suelo abrazándose las rodillas, era incapaz de asimilar tanto dolor, tanto sufrimiento y tanto aguante y valor por parte de Victoria. Ella, por el contrario, se estaba incorporando de la cama, dejando atrás su propio dolor, para intentar consolar a la que, en ese momento, parecía una niña aterrorizada, su niña.

V: (Tomándola con ternura por los brazos) Ale...mi niña... ven acá.

Alejandra se dejó abrazar y consolar por ella, no era capaz ni de resumir lo que sentía, pero era algo terrible y los brazos de Victoria le proporcionaban un mínimo de paz en medio de aquel mundo que se le caía a pedazos. De repente se dio cuenta de lo que estaba pasando, no se lo podía creer.

A: (Soltándose de sus brazos y abrazándola ella sin dejar de llorar) Sólo falta que seas tú la que me consuele!

V: (Conmovida por aquel gesto) Ale... yo estoy acostumbrada y tú has tenido que...

A: Shhhh, nunca más vuelvas a decir eso, nunca más vuelvas a decir que estás acostumbrada a que te golpeen y te violen porque nadie, absolutamente nadie, puede acostumbrarse a eso. (Tomándola de la barbilla) Eres la mujer más valiente que he conocido y, sea cual sea la causa por la que has estado sufriendo tantos años, has sobrevivido y has sido capaz de brindar sonrisas y amor a los que te rodean, cómo? No lo sé, no sé cómo alguien puede soportar tanto dolor. Eres todo amor y coraje, eres... pura resiliencia.

Resiliencia TekilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora