Raúl
Cuando abro los ojos no puedo evitar sonreír al encontrarme con el rostro de Álex. Me limito a observarla un buen rato, y cuando me dispongo a acariciarle sus perfectas facciones con las yemas de mis dedos, veo que una luz parpadeante aparece en mi móvil.
Me levanto con cuidado de no despertarla y me dirijo hacia la mesa donde lo había dejado previamente.
Nuevo mensaje: número privado.
Te lo advertí.
Hacía tiempo que no recibía un mensaje o llamada de este número privado. Sigo sin entender a qué se refiere. Y sin saber cómo puedo contactar para preguntarle al menos a qué se debe tanto misterio y amenaza.
Miro a Álex, que parece despertarse con el sonido de mi móvil cuando me llaman.
- ¿Sí? - descuelgo, y me asomo a la ventana para desviar la atención de Álex.
- Esta noche a las doce clavadas en la parte de fuera del internado. - me dice una voz masculina, la misma que me llamó hace tiempo - Que no se entere nadie. Ni siquiera ella. Ven solo.
Y cuelga, sin dejarme segundos para responder con un simple monosílabo. Miro a Álex, quién se pregunta quién es el que me ha llamado.
- No te importa.- me arrepiento sonar así de brusco, pero siempre es buena excusa para desviar las conversaciones.
- Será mejor que me vaya. - dice levantándose de la cama y dirigiéndose al espejo para rehacerse el moño.
Yo me limito a acercarme a ella y le acaricio el hombro descubierto, mientras ella clava la mirada desde el espejo en mí.
Ambos nos preguntamos por qué esa acción mía hacia a ella, pero ni yo mismo lo sé.
- Gracias por haberte quedado esta noche. - le agradezco, y me aparto de ella.- No sabía que accederías.
Por cómo me mira, intuyo que no se esperaba mis agradecimientos. Se vuelve a girar para mirarse una última vez en mi espejo, para ver que el moño está bien hecho, y se dirige a la puerta.
Justo antes de salir, se detiene y me dice unas palabras que, sorprendentemente, me dañan.
- Nunca me diste la oportunidad de portarme bien contigo.- pausa - Nunca me dejaste que te quisiera. Y menos mal que no fue así. - vuelve a callarse - Y ¿sabes? Las personas que te rodean, no todas ellas tienen maldad, sino corazón. Pero está claro que tú siempre prefieres ver el lado malo de todo. - suspira - Supongo que por eso yo de ti nunca espero nada bueno. Ni lo haré.
Aprieto los ojos con fuerza. Eso me ha escocido. No dolido. Sino escocido, y para mí eso es peor.
Me giro para detenerla pero ya se ha marchado.
Tiene razón.
En mi mundo solo reina el caos, la maldad. La oscuridad. Y la luz es el enemigo. Porque es la que me puede cegar.
La luz es el enemigo. Y ella la irradia con fuerza.
Álex
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Maldita apuesta. PAUSADA
Teen FictionJuguemos; finge quererme, y yo te creeré. Te diré mi amor, mi vida, mi cielo, mi princesa, y tú, di que me amas. Juguemos a amarnos, y quién sabe, puede que a lo mejor entre una de esas tantas mentiras, nos salga una verdad. #5 Novela Juvenil |EDIT...