CAPITULO 2: MALEDUCADO

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Sábado 27 de abril

¿Pueden creerlo? El día de ayer estuve internada todo el bendito día, si internada, así como lo leen, demasiado tequila, demasiada cerveza, pisco y demás, causaron serios estragos en mí, obviamente es por la falta de costumbre, este es el resultado de llevar una vida sana. La culpa la tiene Claudia, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre comprar tanto alcohol y hacer mezclas con ello?, y ¿a quién en su sano juicio se le ocurre beberlo? ¡A mí! pues en mi defensa, no estaba en mi sano juicio.

Lo único que puedo rescatar de todo esto, y algo que puedo agradecer, es que me dieron descanso médico, sí hasta el lunes, es decir, tendré fin de semana largo, ¿para qué? No lo sé, pues pensándolo bien, creo que no es tan buena idea, me dará tiempo para pensar cosas que no debo pensar, por suerte, Claudia movió sus influencias para que en el certificado de descanso sólo diga intoxicación, y no especifiquen que fue por exceso de alcohol.

Gracias a Dios mis padres viven a 8 horas de aquí, por lo que no los tendré revoloteando a mi alrededor, intentando hacerme sentir mejor, y es que soy la menor de sus hijos, bueno tengo dos hermanos mayores, pero ya tienen familia y para suerte de mis padres viven en la misma ciudad, yo, por el contrario, preferí alejarme un poco de ellos, con la intención de quererlos un poco más.

Tan pronto salí de la clínica, Claudia me trajo a casa, le dije que no se preocupara por mi, pues necesitaba dormir sólo le rogué que no contara a nadie lo sucedido, eso si era de vital importancia, no quiero que Cristian se entere que termine en el hospital por ahogar mis penas de amor en alcohol, eso sí sería súper dramático.

Hoy por la mañana me levanté súper temprano a las a las 4:30, en serio no podía dormir, en la clínica estuve dopada, y yo creo que había descansado suficiente, igual ya me sentía mejor, así que me puse mis mallas de correr, medias, zapatillas, y mi polo para running, me encanta correr, me ayuda a despejar la mente, cuando tengo problemas, pero en este caso no se si me resultara tan beneficioso, pues me dará tiempo para pensar en lo que deseo olvidar, pero así soy yo, masoquista.

Bajé las gradas, mientras intentaba poner mi música favorita en mi ipod, esta vez me inspiraré con Beyoncé, vivo en un mini departamento construido sobre una casa de familia, la dueña es una anciana viuda y yo soy su única inquilina permanente, tiene otro mini departamento en el primer piso, pero esta completamente amoblado y lo usa para alquilarlo a turistas, por temporadas cortas, al parecer lo había alquilado, porque cuando llegue a la salida de la casa, un extraño, que en un principio me asustó, estaba intentando abrir la puerta, me asustó por dos razones, una era que no lo conocía y la otra era que estaba extrañamente vestido, y es que se notaba a leguas que algo escondía, pero mas obvio no podía ser, es decir, ponerse un chullo y lentes además de tener la barba bastante crecida, casaca con capucha, no creo que sea la mejor forma de decir: ¡Ey no me vean!, no se quien diablos era, pero me pareció sospechoso, nota mental: investigar sobre el nuevo inquilino.

Como vi que aquel hombre no podía abrir la puerta y es que tiene un pequeño truco, hay que sacar un poquito la llave para poder girarla, pues le dije que lo ayudaría, el sólo retrocedió, y en un español masticado me dijo: Gracias, definitivamente aquel hombre no era de aquí.

Lo que más me sorprendió fue su descortesía, el muy malandro apenas vio la puerta abierta salió del lugar y se fue, ¿pero que se había creído?¿que yo era la portera?, que tal malcriado, lo primero que se me ocurrió fue que correría todo lo que pudiera, si pudiera me demoraría un par de horas, para que cuando él regrese antes que yo, tenga que esperarme para que le abra la puerta, y como una tonta esbocé una sonrisa, estaba hablándome sola.

Corrí y corrí, lo que me pareció corto, mientras pensaba si lo que hice el jueves fue lo mejor, o si no debí hacer nada, dentro de mi albergaba la esperanza de que él viniera con un ramo de rosas a pedir perdón, y me sorprendía de lo ilusa que yo podría llegar a ser. Y es que la verdad todo lo que le dije, fue producto del dolor y frustración, me pregunto si él lo habrá creído o se dio cuenta que lo dije por despecho, porque si fue así....nada puedo hacer, por lo menos me porte muy digna y no hice ningún escándalo, ¿como lo interpretaría él?, otra vez pensando en él, se supone que debo olvidarlo, pero para qué engañarme, la verdad es que yo si lo amaba, y quizás le perdoné alguna que otra cosa, como que olvidara nuestro aniversario, o mi cumpleaños, y es que tenía tanto trabajo, ahí está ahí está otra vez estoy disculpándolo, ¿es que acaso no lo voy a comprender?

ASI PASA CUANDO SUCEDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora