CAPITULO DOCE: ?¿?¿?¿BESO?¿?¿?¿ :(

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Estaba en la habitación de huéspedes en la que me había dejado Emilie, mientras me untaba el bloqueador, y pensaba en cómo diablos iba a pasar aquel día, quería que se termine ya, pensaba quizás fingir algún dolor, una torcedura, algo que me saque del lugar, pero sabía que era demasiado mala actriz, como para fingir algo así, me puse el bikini que me había regalado “mi nueva mejor amiga”, irónico ¿no?, estaba casi lista por fuera, pero por dentro me sentía a morir.

Mientras acomodaba mis cosas en el bolso, en realidad mientras hacía hora para no salir, pues me puse a doblar prolijamente cada una de mis cosas, y tratando de buscar un orden perfecto para guardarlas, en pocas palabras perdiendo el tiempo, escuché que tocaban  la puerta.

-Ya va- grité e inconcientemente me dirigí a la puerta para abrir, probablemente era Emilie o Daniel, para apurarme.

Me dirigí lentamente a la puerta, como quien no quiere abrirla, y apenas q el quité el cerrojo, todo pasó tan rápido, algo me empujó hacia adentro, sin darme opción a reaccionar, cerró la puerta y puso cerrojo, era Thomas, me tomo con fuerza de los brazos, y se me quedó mirando fijamente, como si librara una lucha en su interior, consigo mismo.

-Porque estás aquí?- me preguntó, mas bien me exigió.

-Emilie me invitó…yo no sabía que era tu novia- me defendí intentando convencerlo.

-¡No! ¡quiero saber porque estás aquí!- esa no fue una pregunta fue una orden.

-No…no entiendo- dije algo nervioso, podía ver rabia y frustración en sus ojos.

-He luchado todo este tiempo, he intentado de todas las formas alejarme de ti, pero estás ahí, te vuelvo a encontrar, en vano he luchado, mis sentimientos no pueden contenerse,mis sentimientos  y deseos no han cambiado, yo aún te amo.

Su respiración era agitada, podía ver su pecho levantándose a través de su ropa, y yo me encontraba de la misma forma, aquellas palabras, me habían dejado en efecto muda, él me estaba declarando su amor, y yo sabía que le amaba, en ese preciso momento en que la distancia se iba acortando entre nosotros, y respirábamos el aire que exhalaba el otro, sólo fue un movimiento más y nuestros labios se encontraron, mezclándose en un mar de sentimientos, de amor, de muchos te extrañé reprimidos, de te necesitaba silenciados, tocando nuestros rostros e intentando con las yemas de nuestros dedos, reconocer ese rostro que tanta falta nos hizo, esa persona, que amamos, no era un beso con deseo sexual, era mucho más grande que eso, era un beso de arrepentimiento por habernos dejado, era un beso que necesitábamos, era como darnos el aliento de vida para seguir, era como si me estuviera devolviendo el alma al cuerpo, como si volviera a mi toda la felicidad que se fue con él, era mucho más profundo e intenso que un beso cualquiera, sólo quien besa a alguien a quien extraño con todo su ser, puede entender este beso, pues está cargado de emociones, sentimientos y caricias reprimidas.

En ese momento, cuando nos habíamos olvidado del mundo y de todo lo que nos rodeaba, incluso de donde estábamos, tocaron la puerta, yo me separé de él de un salto al escuchar la voz de Emilie, quería saber si me faltaba mucho para salir, fue en ese preciso momento que caía de un rascacielos de cien pisos, y volví a la realidad luego de un catastrófico golpe contra la acera, sólo atiné decirle que ya salía, que no me espere, que en cinco minutos estaría con ellos, gracias a Dios, me creyó y se fue.

 

-Esto no puede ser- le dije a Thomas- esto no está bien, ella confía en ti, no puedes hacerle esto, no está bien.

-Tenemos que hablar Laura.- me  casi suplicó.

-Ahora no…no es esto lo que quiero….tu…debo irme.- simplemente me alejé de él y salí de la habitación, nuevamente huía de él…lo se.

ASI PASA CUANDO SUCEDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora