Lunes 19 de Junio
Salí apresurada, Thomas no había corrido a mis brazos como pensé, simplemente nos dejó allí a las dos, no había notado siquiera que me había ido, pensé que probablemente él esté decepcionado de todo, Jane lo traicionó, yo lo deje ir, luego me beso con Daniel, Emilie lo traiciona, dudaba que quisiera saber algo mas con las mujeres.
Logré salir de la lujosa urbanización, sin percatarme que para llegar a mi casa, tenía que pasar por un lugar que no es para nada seguro, abrí mi bolso para buscar algo de dinero, quizás podría encontrar un taxi, o quedarme ahí sentada hasta que amanezca, era mejor que ser asaltada o violada en aquel lugar, enorme fue mi sorpresa cuando encontré mi dije, Thomas lo había puesto ahí, probablemente cuando lo deje en la habitación, sonreí internamente burlándome de mi suerte, porque la había fregado otra vez, por no decir otra cosa.
De pronto noté que se aproximaba un auto a toda velocidad, se estacionó con un fuerte chirrido frente a mí, dejándome cegada con las luces altas, aquello me asustó de sobremanera, sólo atiné a tirar mi bolso, y ponerme en guardia, si iba a morir, lo haría luchando, nunca de rodillas, vi que alguien bajó del asiento del piloto, pero no podía divisar su rostro, poco a poco se fue acercando y con algo de alivio y miedo pude ver que era Thomas, su rostro no me decía nada, no estaba feliz, no estaba triste, no estaba molesto, no sabía que esperar, por lo que me apresuré a hablar.
-Lo siento…perdóname- dije débilmente.
-Porque?- dijo él, manteniendo ese aire frío y distante.
-Por…por – me costaba decirlo pero tenía que sacar todo de mi- primero por no haber venido contigo cuando me lo pediste- respiré – segundo por aparecer en tu vida sin previo aviso…y tercero por arruinar tu relación, yo no…debí meterme.- no podía seguir viendo su rostro impávido y bajé la mirada.
-Te perdono las dos primeras- ese aire frío me tenía demasiado tensa- pero la tercera no- aquello me dejó totalmente helada, no lo esperaba, ¿Por qué no me perdonaba aquello? ¿La amaba tanto que le duele? Y ¿Por qué me perdona? ¿Es que ya no le importo?
-Yo…- intenté disculparme, buscar una respuesta, pero me interrumpió.
-Te agradezco la tercera- levanté la mirada incrédula y vi reflejada en su rostro esa sonrisa encantadora, y sus ojos, como se curvan hacia abajo, formando pequeñas arrugas alrededor, estaba mucho más bello de lo que lo recordaba.
A pasos agigantados y firmes acortó la distancia entre nosotros, me tomó entre sus brazos, y el beso fue inminente, nuestros labios se unieron, conectándose en una danza rítmica, invitando a nuestras lenguas a unirse, el beso dejó de ser suave a cargarse de deseo, lo que nos llevó a separarnos agitados, pues estábamos en la calle.
-Sube- me dijo invitándome con esa tierna sonrisa entrar en su auto, levantó mis cosas y las tiró en la parte trasera.
-A donde vamos? – le dije mientras me colocaba el cinturón.
-A tu departamento, volveré cuando todos se vayan, o cuando me canse de amarte.
Todo el camino era imposible dejar de tocarnos, era algo así como una forma de asegurarnos que no era un sueño, llegamos, y subimos las gradas, a duras penas, pues nos costaba dejar de besarnos, dejar de tocarnos, nos habíamos extrañado demasiado, ver la situación desde fuera debió ser demasiado cómico y quizás al mismo tiempo excitante, abrí la puerta como pude, y apenas Thomas cerró la puerta tras de sí, dimos rienda suelta a nuestros instintos, no pudimos llegar a mi habitación, Thomas me tomó entre sus brazos, besándome al mismo tiempo que desabotonaba uno a uno los botones de mi blusa, sintiendo al mismo tiempo el rozar de sus dedos en mi piel, erizándome, provocándome escalofríos, me sentía incluso más nerviosa que la primera vez que estuvimos juntos.
Llenó de besos toda mi piel, mi cuello, mis hombros, acunó mis pechos en sus manos, dándoles suaves caricias, con sus labios, luego lentamente me ayudó a quitarme el short y a medida que lo hacía repartía caricias en mis piernas, yo no podía estar más temblorosa y expectante, pero también tenía la necesidad de tocarlo, de revisar con mis dedos cada centímetro de su piel, y asegurarme que esté tal y como lo había dejado, le ayudé a quitarse el polo, y mientras lo hacía iba sintiendo el tacto suave de su pie, iba inhalando su aroma, acercando mi rostro a su pecho, besándolo, y luego acariciándolo con mis manos, suavemente, como si fuera a lastimarlo con mis manos, él no dejó que me ocupara de su pantalón, se deshizo de él en el acto, luego mientras me besaba y tocaba todo mi cuerpo, bajando desde mi cuello, por mi espalda hasta mi trasero, fue empujándome suavemente a mi habitación.
Una vez allí, me acomodó sobre la cama, y me admiró cual si fuera un cuadro de Picasso, y no por lo obtusa de mi forma, sino como si fuera para él, algo increíble y difícil de comprender, como si no creyera lo que nos estaba sucediendo, se deshizo de mi trusa y sus bóxers, y a medida que suavemente y sin prisa me iba besando, fue introduciéndose dentro de mí, yo ya estaba lista para él.
Los movimientos fueron lentos y acompasados, los besos, no cesaron, las caricias, las sonrisas, fue puro amor, fue el encuentro de nuestras almas, de nuestros cuerpos, los que nunca debieron separarse, y en medio de aquella danza suave y acompasada, cargada de amor y deseo, los fuegos artificiales no se hicieron esperar entre nosotros, llevándonos al culmen de nuestro más esperado y deseado encuentro.
Describir la paz, sosiego y tranquilidad que sentimos, sería quedarme corta, estar abrazada a él, sentirme entre sus brazos y amada por la única persona que realmente he amado en toda mi vida, no tiene forma alguna de descripción. Si tuviera que pasar nuevamente por todo lo que he pasado desde que llegue a este lugar, y saber que encontraría aquí en los brazos de Thomas mi final, no lo dudaría ni un segundo, y volvería a hacerlo.
-Porque te fuiste?- pregunté mientras acariciaba su rostro.- fui tan tonta… ¿Por qué no me convenciste?
-Si intentaba convencerte de que vinieras conmigo, quizás lo hubiera logrado, pero probablemente al poco tiempo te hubieras ido, las cosas por la fuerza no funcionan.
-¿Preferiste esperar tres largos años a que me diera cuenta lo estúpida que fui?- le dije sorprendida.
-En realidad, no pensé que te dieras cuenta, pensé que me olvidarías, guardaba un bonito recuerdo de nosotros.
-No me amabas?
-Te amo…pero ya te lo dije no se puede forzar al amor, tu no estabas segura de tu amor, y menos estabas segura de mi amor…ahora lo estás no?- me preguntó.
-Sí…si estaba segura…tenía miedo…me paralizò.
-No hablemos mas del pasado…vivamos nuestro presente bonita.- levantó su cabeza y me dio un beso, tierno en los labios.
Luego me acurruqué entre sus brazos y así presos entre los brazos del otro nos quedamos dormidos.
¿ULTIMO CAPITULO???? USTEDES QUE CREEN?....BUENO SI ULTIMO CAPITULO DE LA SEGUNDA PARTE...AHORA ESCRIBIRÈ LA TERCERA Y ULTIMA PARTE DE ESTA HISTORIA.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO...Y QUE LA ESPERA HAYA VALIDO LA PENA.
POR FAVOR VOTEN Y COMENTEN....ES LA MEJOR RECOMPENSA A MI ESFUERZO...SUBO IMAGEN Y VIDEO DE CANCION.
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ASI PASA CUANDO SUCEDE
ChickLitObra Registrada #1410072282478 Safe Creative - Asi pasa cuando sucede Inscripción de autoría a nombre de Debbie Heidi TAssara Chirinos de SAldaña NO COPIES SE ORIGINAL Laura es una muchacha, responsable, trabajadora, soñadora,y algo patosa, conoce...