CAPITULO 20: EXPLICACION

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Me acomodé en el asiento del copiloto, algo nerviosa, pues no sabía si él se había dado cuenta de mi reacción con la oxigenada esa, sólo noté que sonreía algo satisfecho, así que de inmediato pensé que oajalà no se haya dado cuenta de lo que hice, lo que me hizo ruborizar, porque eso solo podía significar que yo aun lo amaba, y si de hecho es cierto, pero no tenía que ser tan obvia, en estos momentos me arrepiento de aquello.

Para borrar esa sonrisa de su rostro, decidí sacar las hojas que había impreso y entregárselas antes de que arranque, yo miraba al frente intentando ignorarlo, pero realmente viéndolo de reojo, y pude notar que aquellas imágenes no era una sorpresa para él, pienso que fui una tonta, pues eché mis cartas  y le dije de que estaba molesta, aunque, ni que  él no lo supiera no? Tiró las hojas en el asiento de atrás y arrancó sin decir nada más.

-Preferiste espiar que preguntar? – escuché su voz rompiendo el silencio, de pronto me sentí como si hubiera cometido un crimen, como si fuera yo quien debía darle explicaciones, sacudí la cabeza para ordenar mis ideas, no era él quien debía estar molesto, ¡era yo!!!!

-Perdón?- por supuesto que no le permitiría voltearme el pastel.

-Te perdono.- me dijo, no sabía si era broma o si no entendía mi irónica pregunta.

-No te estoy pidiendo perdón.- le dije evidentemente molesta y sólo me miró de reojo y sonrió.

Yo estaba completamente sorprendida, ¿que era lo que pretendía? ¿a donde pensaba llevar esta discusión? Y ¿ a donde diablos me estaba llevando?

-Este no es el camino a casa.- le dije sin rastro de emoción, bueno tal vez si de molestia.

-Lo se.- sólo respondió y aparco en un restaurante.- vamos a cenar, estoy muerto de hambre- pero como diablos podía tener hambre, yo no había probado un maldito bocado todo el día, y él era el culpable, yo nunca había descuidado mi alimentación.

-No tengo hambre.- le dije aun molesta y sin hacer el intento de bajarme del auto.

-Igual comerás, tu no descuidas tu alimentación, te conozco Laura, y si no bajas….te cargaré y te llevare en brazos dentro del restaurante, todos te verán y a ti no te gustan los escándalos.- me dijo serio pero con un brillo pícaro en los ojos.

-No lo harías- le dije cruzando los brazos- sería un escándalo para ti también y te conviene menos que a mí sentencié.

-No me importa, si así todos se enteran que eres mi novia, no me interesa correr el riesgo. – me dijo con chulería, lo que me exasperó.

-Ya no soy tu novia- le dije para provocarlo.

-Ya veremos- me dijo y bajó del auto, dando la vuelta y abriendo mi puerta para que yo saliera-  ¿vamos? O ¿prefieres que te lleve?

Indignada bajé del auto, porque debo admitir, un escándalo de esas magnitudes, me paralizaba, a pesar de mi postura, él se las ingenió para tomarme de la mano y llevarme dentro.

Al parecer había reservado en un lugar privado, por lo que simplemente lo seguí obviamente tomada de su mano, el lugar era bastante elegante,  tenía vista a la playa, o mejor dicho  estaba construido sobre el mar, me encantaba a primera vista, pero me avergonzaba un poco el hecho de no estar vestida para la ocasión, se notaba que al lugar iban personas importantes y con mucho dinero, aún así levanté la  cabeza y caminé como si no me importara, el mozo me acomodó el asiento, y yo obedecí y me senté algo ruborizada, al parecer nadie había reconocido a Thomas, o a las personas de aquí no les importaba quien era él, quizás era porque a este lugar vienen siempre personas importantes, claro que Thomas se había preocupado en ponerse lentes aparentemente de medida para cubrir un poco su rostro, y su cabello era extraño, en realidad llevaba una peluca, tenía rizos, y era un poco difícil reconocerlo con ese estilo.

ASI PASA CUANDO SUCEDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora