VI

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La presencia de Charlie en el bunker sirvió para aliviar un poco el ambiente tenso que se había cernido sobre ellos. Especialmente para Dean, la compañía de la chica era una excelente excusa para no tener que pensar en Castiel en absoluto, ya que últimamente hacerlo sólo lo hacía sentir inquieto.

Sam, por otro lado, estaba feliz de tener apoyo táctico y moral, y Cas... Cas seguía algo cabizbajo, pero al menos ya no era tan difícil mantenerlo entretenido. La chica no le daba cuartel.

-¿Siempre usas esa gabardina, Cas? -Le dijo una tarde mientras armaba un castillo de naipes con la forma de Hogwarts y él la miraba atento. Dean estaba lavando a Baby luego de una particularmente sangrienta cacería que había tenido lugar más temprano, y Sam limpiaba su revólver favorito en la otra mesa. (Charlie le había prohibido acercarse a las naipes).

-Me gusta mi gabardina. -Repuso él. Sus respuestas cuasi monosilábicas no paraban de fascinarla y fastidiarla por partes iguales.

-¡Puedo notarlo! ¿Pero ni siquiera entre casa? ¡No hay nada más lindo que ponerse cómodo!

-Es cóm--

-A lo que voy, Cas -Lo interrumpió -Es que todo héroe se quita su capa de vez en cuando. Thor, Obi-Wan, Harry, Frodo, Sherlock... Ninguno de ellos usa su capa, túnica o tapado las veinticuatro horas del día. ¿Me sigues?

-Ha habido ocasiones en que no lo he usado.

-Hoy podría ser una de ellas, ¿no? -Charlie le sonrió con inocencia. El ángel miró a Sam en busca de ayuda, y éste rió.

-¡Ella es la experta! -Le dijo encogiéndose de hombros.

-Oh vamos, ¡como que tú jamás te arreglaste para impresionar a alguien! -Charlie puso los brazos en jarras y lo fulminó.

-Yo... en verdad no tengo mucho tiempo para esas cosas, Charlie. -Sam se excusó.

-Sí sí, "el negocio familiar". Lo sé. Pero Cas necesita deshacerse de ese abrigo aún así.

Estaba tan concentrada en convencer al ángel de mostrar un poco más de carne frente a su interés amoroso que alineó mal su torre de Ravenclaw, y buena parte del ala oeste de su castillo se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos.

Ghay' cha'! -Charlie observó horrorizada como las cartas yacían desparramadas sobre la mesa y maldijo instintivamente en Klingon.

-¿Qué idioma es ese? -Castiel parecía en verdad intrigado.

-Klingon, es... -Miró de reojo a Sam, que le estaba negando con la cabeza con gesto resignado, y sonrió con determinación hacia el ángel -Será más fácil mostrarte que explicarte. Más tarde haremos una maratón de Star Trek tú y yo. Te gustará.

Cas asintió sin comprender de qué estaba hablando, pero al parecer la idea de aprender un idioma nuevo le resultaba interesante. Luego tomó con suma delicadeza una de las cartas caídas del castillo y la inspeccionó en silencio.

-¿Quieres ayudarme? ¡Así tendré alguien más a quien culpar si se me cae! -Charlie dijo tentativamente. Él asintió con un asomo de sonrisa y continuó rescatando cartas caídas. -Oh pero hay una condición...

Sam rió anticipadamente, adivinando qué se traía la pelirroja entre manos.

-Adiós gabardina. -Dijo ella -Y saco. Si llegas a golpear el castillo por culpa de tus muchas capas de ropa te las prenderé fuego.

-Charlie, tú traes muchas capas de ropa igual que él-Murmuró el cazador.

-Tú a lo tuyo, Groot. Yo tengo experiencia con esto. ¡Vamos Cas, será divertido!

Misión: DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora