Capítulo XXX (Epílogo)

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¡Hola! :D

Éste capítulo 30 es para festejar que Misión Destiel acaba de llegar a 30K vistas, y para agradecer a las treinta mil almas que le dieron una oportunidad a mi primer y amado fic.

De verdad, muchas muchas gracias por leerlo, espero que disfruten éste que es mi final ideal para la serie, tal y como está ahora al menos.

-ADVERTENCIA-
Posibles spoilers de la temporada 13.

° ° °

La vida de un cazador no era fácil. Monstruos, dolor, horrores inimaginables, soledad, incluso la muerte eran moneda corriente para aquellos que decidían dedicarse a combatir el mal como vocación... Pero a veces, sólo a veces, incluso los más trágicos héroes tenían un breve respiro. 

Una victoria, como le gustaba llamarle a Dean. 

Dicho término arrancó una sonrisa tierna al menor de los Winchester, mientras echaba una mirada al variopinto grupo que lo rodeaba, todos sentados en torno a la enorme mesa de la biblioteca del Bunker, a punto de cenar. Ángeles y demonios, villanos y héroes, probando juntos que la línea entre el bien y el mal era difusa y flexible, permitiendo alegres concesiones más a menudo que lo que su hermano y él hubiesen creído posible años atrás.

Pero esa era la clave, pensó, el ingrediente secreto que permitía sostener el delicado equilibrio de las cosas. Dean y él habían experimentado ambos lados de la balanza en más de una ocasión, y gracias a eso su visión del mundo se había ampliado, había madurado hacia una sabiduría mayor. Ya no se trataba de "salvar a las personas y cazar cosas", sino de darle una oportunidad a todos para que probasen su verdadero valor, incluso para que se redimiesen de ser necesario. 

Miró a cada uno de sus amigos, su familia, y su corazón vibró lleno de adoración. De adolescente había deseado dejar sus raíces atrás, olvidar su origen violento y oscuro en busca de una vida "normal"; pero ahora agradecía enormemente no haberlo hecho pues la riqueza que poseía no la hubiese podido alcanzar de otra manera... ¡Claro que los problemas en que se había metido infinidad de veces tampoco! Pero vaya si habían valido la pena. Todos y cada uno de ellos.

-¿Por dónde estás paseando ahora, Sammy...? -Una dulce voz resonó en su mente, sacándolo de sus cavilaciones. El joven sonrió en medio de un suspiro y volteó a ver los chispeantes ojos de Gabriel, sentado a su lado. Su arcángel siempre sabía cuando él se perdía en sus pensamientos, pero tenía la delicadeza de no husmear en ellos a menos que él se los compartiese... Y esa era una de las razones por las que tanto lo amaba.

-Nada grave, en verdad... -Repuso dentro de su mente, a sabiendas de que el otro lo oiría. -Estaba repasando el camino recorrido hasta ahora, y agradeciendo la inusual compañía durante el mismo. 

-Bastante inusual, en efecto. -El arcángel convino con una risita. -Pero debo admitir que me agrada la variedad. Hace las cosas menos... formales.

-Ya lo creo que sí. -Sam asintió, aún algo conmovido. Gabriel percibió la emoción en sus ojos y aferró su mano bajo la mesa, para darle ánimos. Aquel muchacho era sin dudas el humano más fuerte que hubiese conocido jamás, pero incluso así a veces le hacía bien recibir un poco de mimos... y él amaba poder brindárselos. 

Agradecido, el joven volteó a ver a su amado y éste le devolvió la mirada, perdiéndose ambos en aquel íntimo momento. Pero entonces una socarrona voz los interrumpió, arruinando la dulce atmósfera en que se habían hundido.

-¡Oigan no coman en frente de los pobres! Harán que me caiga mal la cena... 

Sam y Gabriel voltearon hacia su interlocutor riendo, y este les sacó la lengua, ceñudo. 

Misión: DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora