XVI

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(Adivinen qué: Smut xD)

Dean había tenido sexo en el Impala decenas de veces. Siempre terminaba siendo una actividad improvisada, calurosa y comprimida, pero no por eso menos estimulante. Tener sexo con Cas en el Impala, sin embargo, era mucho más que eso. Era embriagador.

Deslizó su lengua en el interior de la boca del ángel, arrancándole un quedo gemido que reverberó contra sus labios, y abandonando las atenciones a su ardiente erección se dedicó a tirar de la cintura de su pantalón hasta quitárselo por completo. Luego de echar la prenda en el asiento de adelante procedió a quitarse su remera y desabotonar sus propios jeans, bajándoselos hasta la mitad de los muslos para dejar su propio miembro rígido al descubierto. La mirada cargada de lujuria que Cas le lanzó hizo que la piel de Dean ardiese de deseo.

Sin perder tiempo se deslizó hasta el borde del asiento, se reclinó sobre el respaldo y extendió su mano hacia el ángel, quien lo miró confundido.

-¿Cómo se supone...? -Le dijo ladeando el rostro sin despegar la mirada del objeto de su interés. Dean rió quedamente.

-Tú comandarás esta vez. Ven aquí.

Tomó a Cas por la cintura y le hizo pasar una pierna por encima de él, quedando arrodillado a horcajadas sobre su cuerpo, los dos enfrentados. El ángel se ruborizó ante la cercanía entre ambos, aunque la sensación de su propia piel desnuda contra la ropa de Dean le resultaba fascinante... y el roce de su piel desnuda con la parte que no estaba vestida de Dean, mucho más. Sin pensarlo, comenzó a mover sus caderas sobre el cazador, buscando aumentar la fricción entre ambos y arrancándole un gemido al hombre al conseguirlo, pero sus lentos contoneos no duraron mucho.

Sin perder el tiempo, el joven comenzó a estimular con sus manos la entrada de Cas para prepararlo para lo que vendría, mientras el ángel se retorcía de gusto sobre él. Cuando lo consideró suficientemente listo, direccionó su miembro y tomándolo por las caderas lo obligó a bajar sobre el mismo. Cas lanzó un grave gemido al sentir cómo Dean se abría paso en su interior, mientras se aferraba a sus hombros con ahínco.

Pasaron algunos segundos hasta que el ángel se adaptó a la ardiente sensación y recordó de paso cómo hablar español.

-Entonces... -Dijo con la voz quebrada por el placer, moviéndose con cierta timidez sobre el hombre- ¿A--Así está bien?

-¿Sabes qué? Descúbrelo tú. -Le contestó Dean con una sonrisa seductora -Prometo enviarte las señales correctas para guiarte.

Cas se estremeció ante la invitación a tomar el control de esa manera. Hasta ahora sólo se había limitado a recibir la pasión de Dean con genuino entusiasmo, pero ser él quien marcase el ritmo lo hacía sentir increíblemente expuesto, y excitado.

Afianzando sus rodillas sobre el asiento comenzó a subir y bajar lentamente, intentando concentrarse en las reacciones del cazador en busca de señales, pero distrayéndose por las propias sensaciones asombrosas en su cuerpo. Dean era grande y duro, y Cas se sentía pleno con sólo albergarlo en su interior... pero presentía que aún podía sentirse mejor.

En poco tiempo sus movimientos se hicieron más rápidos y profundos, algo que a juzgar por su expresión al cazador también le gustaba. El ángel lo sintió golpear contra su punto de placer y lanzó una exclamación de dicha. Oh dios, quería sentir eso de nuevo. En su búsqueda por satisfacción sus rebotes se volvieron más enérgicos, hasta que, de pronto, su cabeza golpeó dolorosamente contra el techo del auto y Cas gruñó de dolor.

-Ten cuidado... -Le dijo Dean conteniendo a duras penas la risa mientras le acariciaba la cintura con suavidad. Cas lo miró fijo, su rostro hasta recién arrebatado ahora cargado de frustración.

Misión: DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora