VII

10.7K 1.2K 1K
                                    

El reciente apetito de Castiel cambió por completo el ambiente de aquella cena. El ángel estaba de excelente buen ánimo ahora que sentía sabores, y Charlie y Sam se divertían dándole a probar distintas cosas que Gabriel hacía aparecer con sus poderes. Hasta Dean se sentía menos hostil respecto al arcángel luego de ver el cambio positivo que había obrado en su mejor amigo. 

Y sí que estaba cambiado. Dean lo miraba de tanto en tanto y no podía creer que fuese el mismo. Bueno, en verdad no había nada demasiado distinto (Aún era esencialmente Cas) pero su divertida fascinación por los sabores, su atuendo más ligero y hasta su cabello revuelto por Charlie más temprano le resultaban... agradables. Incluso sonreía más a menudo que lo usual, con esa sonrisa torcida y brillante que tanto iluminaba su rostro. 

Era raro, pero de todos los extraños comportamientos que había visto en Cas a través de los años y todos los cambios de actitud que había sufrido, Dean podía afirmar que éste era su favorito. Uno positivo, para variar.

Cuando los dos más jóvenes vieron que el ángel se estaba poniendo panzón con tanta comida, decidieron darle un respiro. Ser celestial o no, no querían que terminase vomitando por los rincones del bunker. Cas se los agradeció.

La atención derivó enseguida a su hermano mayor, quien en ese momento estaba degustando un chupetín de frambuesa. Charlie encontraba fascinantes sus poderes, y no perdió tiempo en hacérselo saber.

-Oye Gabe, ¿qué más puedes hacer? ¡Tus poderes son increíbles!

-Oh no. No le preguntes eso. No quieres saber de lo que este cretino es capaz. -Dean le advirtió con una mezcla de risa y pavor en la voz. Sam lo secundó.

-No lo hagas, Charlie.

El arcángel sonrió complacido y se sacó la golosina de la boca con un sonoro "POP".

-Chicos, chicos... No me tengan tanto miedo. ¡Hemos pasado momentos divertidos juntos!

-Sí, si ver morir ciento tres veces en el plazo de dos días a tu hermano te parece divertido... -Murmuró Sam, sombrío.

 -¡O terminar atrapado en la jodida Tevelandia! -Agregó Dean con fastidio mientras Gabriel se encogía de hombros.

-¡Oh claro! -Charlie exclamó feliz -¡Amé esos dos tomos de la saga! 

Los hermanos Winchester la miraron con una ceja en alto cada uno, y ella rió nerviosa.

-Lo siento... pero fueron originales.

-¿Ven? La señorita sí sabe apreciar mi arte. -Gabriel le sonrió con aprobación mientras Castiel negaba con la cabeza.

-Siempre fuiste el más travieso de todos. -Reflexionó en voz alta. Su hermano le sonrió complacido.

-¡Gracias Cas! Lo tomo como un cumplido. Y ahora vamos, pequeña Weasley, ¡ponme a prueba!

Charlie sonrió ampliamente ante la invitación y el apodo, y de inmediato comenzó a murmurar ideas disparatadas sin decidirse. Finalmente se le ocurrió algo:

-¿Puedes hacerme parte de una película?

-Puedo. ¿Qué película? 

-¡Oh Dios!. -Charlie se removió exaltada en su asiento, hasta que Sam intercedió.

-Oye, oye, ¿otra vez queriendo escapar a otros mundos, Charlie? La última vez nos costó bastante cara. 

-Oh, bueno... -La chica agachó la vista, apenada. -¿Qué tal entonces traer un personaje de la película aquí? 

-Sólo nómbralo. -Gabriel exudaba confianza, al parecer le encantaba tener una fanática.

-¡Loki! -Exclamó Charlie con una enorme sonrisa. Dean y Sam comenzaron a reírse de pronto, mientras ella los miraba extrañada. -¿Qué?

Misión: DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora