XII

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Sam oyó el suave batir de alas que anunciaba la llegada de Castiel y volteó, exasperado.

-¿Cas, dónde te habías--? -Se cortó en seco al ver que su hermano había aparecido junto a él. Traía una pequeña bolsa de compras en la mano y lucía despreocupado. El rostro de Cas, por otro lado, traslucía frustración.

-L-lo siento, Sam... -Le dijo con una mueca preocupada- Dean me pidió que lo transportase en busca de repuestos para su vehículo. No pude acudir antes a tu llamado.

-¿Eh? -El menor de los hermanos estaba totalmente desorientado.

-Te dije que las bujías estaban fallando. -Dean sacó una pequeña caja de la bolsa que traía en la mano y la sacudió en el aire con autosuficiencia. -Pero no... ¡Sammy no me hizo caso! -Lo fulminó con la mirada -Creí que habrías aprendido algo de mecánica después de tantos años junto a mí. 

Sam frunció el ceño, contrariado. No le gustaba que Dean le recriminase su inferior conocimiento en lo que al Impala respectaba. Buscando un contraataque, se cruzó de brazos y le espetó:

-¿Y tanto te costaba atender el teléfono? Te llevas a Cas de repente, desaparecen sin llevarse el auto y no responden a mi llamado. Creí que algo malo había pasado.

Pasó algo malo! Tuve que ir a comprar los repuestos cuando mi auto no arrancó, genio. Ahora, ¿para qué manejar una de las viejas cafeteras del garage si tenía un dispositivo de telentransportación al alcance de la mano? -Dio una palmada en el hombro de Cas, quien agachó la vista apenado, y se marchó hacia su auto. La mentira había quedado perfecta, pensó, y Baby sí necesitaba un cambio de bujías después de todo, así que le había pedido al ángel que pasasen por la casa de repuestos antes de volver al bunker, y así había armado su coartada. Ja.

El ángel frunció los labios y miró a Sam con culpa.

-Lo lamento. Tu hermano me llamó con urgencia, y yo pensé que estaba en problemas... No me dio tiempo de acomodar la cocina.

-Está bien, Cas. Entiendo que acudieras en su ayuda, sólo me preocupé porque ninguno de los dos contestaba, eso es todo.

-Lo siento. 

-Olvídalo, no es nada. -Sam le sonrió, aliviado, y el ángel se marchó rumbo a su habitación, contento de que la mentira que habían armado hubiese salido tan bien.


Cuando el menor de los Winchester le contó lo sucedido a Charlie algunos minutos después, ella se golpeó la frente.

-Pobre Cas... Dean lo llama y él deja todo para correr en su ayuda. Dios, qué enamorado está...

-Lo sé. Me gustaría hacer algo para ayudarlo.

° ° °

Castiel se preguntaba qué pasaría ahora. Sabía que debía mantener en secreto lo que había ocurrido entre Dean y él... lo que no sabía era cómo definirlo.

En su interior, se sentía dichoso. Aquel rato transcurrido con el cazador había puesto su mundo patas para arriba, y secretamente deseaba que pudiesen repetirlo pronto, pero suponía que debía ser discreto al respecto y esperar a la ocasión idónea. Además, no sabía si su trato cotidiano cambiaría en algo, o si simplemente pasaría más tiempo que lo común a solas con Dean. No que eso le molestase en absoluto.

Su cuerpo se estremeció ante el recuerdo de sus besos y caricias, y Cas sonrió. Si así eran todas las interacciones humanas, no le sorprendía que hubiesen tantos ángeles que hubiesen renegado de sus estrictas normas de buen comportamiento en el pasado. Los placeres físicos eran... interesantes, como poco. Y Dean... Dean era increíble.

Misión: DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora