Bitácora 2

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/Año ????/
/????/

Todo me da vueltas, estoy mareada del primer viaje. Todo sea por este planeta.
Mi primera misión se ha desarrollado en mi hogar, en búsqueda de mi padre. Como me temía, nadie de allí sabe de él o de su presencia. Por ahora el Ministerio está empezando a buscar a gente nueva para reclutar, ya que se sospecha que podría estad planeando un nuevo Apocalipsis a este planeta. Y temo que para ello use a más de mis hermanos.
Por ahora, una nave se ha mandado a todas las épocas de la historia de la Tierra, con esperanzas de encontrar a nuevos reclutas.
Todos ellos humanos, la especie que más envidio.

Y también con la esperanza de encontrarla...
La echo de menos.

Mañana partiré a entregar una de esas naves a la época victoriana, s. XIX.
Deseadme suerte.

-O-
/Año 2015/
/Berlín, residencia Campo de Luna/

Pasase lo que pasase, una cosa estaba clara y era que Danny se iba a meter en un lío por hacer eso.
Pero realmente le comía la cabeza el por qué Carlos no había estado presente durante tanto tiempo, hace ya dos años que no sabían nada de él. Lo último en lo que quería pensar sería en su posible muerte, pero aun así... No lo descartaba.

- Dan, tío. - Jun le miró con seriedad.

- ¡Jun! Ah, me habías asustado... - Danny miró a su alrededor.

- ¡He venido a ayudarte!

- Jun... Agradezco tu ayuda, pero no sé si una ciega puede...

- ¡Eh! - Jun se echó para adelante. - Veo un poco, el petardo no se llevó del todo mi visión. En fin... ¿Qué necesitas?

- De momento ver si hay ventanas abiertas...

El chico se ajustó su coleta y con sigilo empezó a observar detenidamente las ventanas de la ostentosa mansión del padre adoptivo de su amigo.

Jun, sin embargo, miró con detalle la gran verja.

- Dan, ¿de qué color es esto?

- Dorado. Creo que es...

- Cobre barnizado. - Danny chasqueó los dedos. - Esto se puede doblar...

- ¿Y cómo... Vas a hacer eso?

Danny se palpó la chaqueta y encontró la clave.

- Bien bien... ¡Ya lo tengo! - de esa vieja chaqueta sacó una menuda tabla de patinar desgastada.

- Oh... Es tu vieja tabla...

Danny asintió y colocó la tabla entre los dos ya desgastados barrotes de la verja. Con fuerza, la bajó bruscamente y logró romper uno de los barrotes, y desgraciadamente la misma tabla.

- Oh no... se ha roto...

- Da igual. Era necesario... Bueno, entremos. Voy a cogerte la mano.

Con cuidado, el grafitero le agarró la mano a Jun, quién recogió su bastón extensible. Tras eso, Danny se dirigió a la puerta trasera, ya que sabía por experiencia que no estaba tan bien vigilada como el resto de 'Campo de Luna'.
Por sorpresa, vieron a un hombre ya anciano sacando la basura.

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