XIV

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/Berlín, afueras de la Universidad Libre/
/Año presente/

Carlos salió de la FU con una sonrisa, con Jun apoyándose en su brazo izquierdo y su makuto en el derecho.
Sorprendentemente, Jun había venido a ver las audiciones, aunque en el fondo no sabía por qué una chica ciega iba a una exhibición a puertas abiertas. Decidió restarle algo de importancia al asunto y parar en seco para revisar que todo estaba en orden.

- En verdad me da penita tu peque, Luka me ha dicho por teléfono que tenía ganas de verte.

- Ya, pero no puede saltarse clase.

Aunque no lo admitiese, estos últimos días había pensado mucho en Nah. En cómo le estaba cambiando, en como hacerle contenta y en como intentar ayudarla a hace magia con su Necronomicón robado.
Ayer casi crearon entre los dos a un gato que iba a ser su mascota.
Casi, porque al final salió una paloma que echó a volar.

- Por cierto, ¿qué tal fue?

- ¿El qué?

- La competición.

- No he estado mal...

- ¿Qué no has estado mal? - la voz de uno de los chicos que se presentó a las audiciones se hizo sonar. - Díez, eres el mejor de la prueba. Has clavado todas las disciplinas... Seguro que eres el primero en prioridad.

El chico pelirrojo alzó una ceja al ver a Jun tan pegada a Carlos.

- Ella es Jun, no te hagas ideas raras, es sólo una amiga...

- Ya la conozco, ya. Fue la que la armó parda en el botellón del año pasado.

- La que viste y calza, sí. En mi defensa, he de decir que el tío vestido de caballo había insultado a mi ex y estaba bebida de más. - Jun rió algo sonrojada y dirigió la mirada hacia Carlos.

- Oye Díez... - el chico se acercó peligrosamente hacia él, al notar esto Jun se alejó un poco, dejando el brazo de Carlos a disposición del otro chico.

- Dime, Alphonse...

- Quiero continuar lo que hemos dejado hoy... - Alphonse posó sus manos en las caderas del moreno y sonrió con algo de lujuria. - Me has dejado con las ganas.

- Cuando tú quieras, bebé...

- Toma mi número... - apto seguido enrolló un papelito en los bolsillos del pantalón deportivo de Carlos. - Llámame si tienes ganas. Mañana voy a ver los resultados, ¿te vienes conmigo? A las diez en el parque...

- Está bien, pero antes de irte... - Carlos inclinó su cabeza para besar al chico, quién se dejó nada más sentir sus labios.

Tras un beso algo largo se separaron y Alphonse sonrió.

- Nos vemos entonces, Díez. - dijo mientras empezó a echar el trote.

- Em, ¡espera! - Carlos corrió un poco detrás del chico, lo suficiente para llamar su atención y provocar que le volviese a mirar.

- Dime.

- Ll-llámame Carlos. - dijo mientras agachaba su cabeza algo tímido.

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