XXII

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/????, ????/
/Año presente/

Una figura a gran velocidad que Carlos fue incapaz de reconocer se abalanzó sobre Lucifer, atacándole.
El demonio, sorprendido por esto, cayó de su trono y gritó.

- Cómo no, Brazaka... - Lucifer masculló mientras trató de reducir a su hija.

La chica gruñó y gritó a pleno pulmón:

- ¡Conque éste eras tú todo este tiempo! Y ese de ahí es...

- Sí, mi supersoldado... Es tan poderoso... Mmmm, si tan sólo pudiese transformarse, te enseñaría lo mucho que va a hacer para destruir este planeta... Venga, Carlos. Hazlo...

Brazaka miró al exhausto joven, que apenas podía mantenerse en pie.

- Hazlo Carlos, hazlo...

- Carlos. - la chica pareció hablarle. - Huye de aquí, rápido...

Antes de que le causase mayor problema, Lucifer chasqueó los dedos y dos de esos monstruos redujeron a la chica, quién entre gruñidos fue llevada en volandas al rincón dónde posaban todos esos seres. Por instinto, Carlos también avanzó un poco pero inmediatamente frenó, ya que no iba a obedecer más a ese tirano.

Lucifer tosió para recuperar el centro de atención.

- No puede huir, jovencita. No hasta que su formado cuerpo mortal se consuma o hasta que deje de ser humano... Sólo él decidirá...

Como si por arte de magia le hubiesen invocado, la puerta se abrió con Alis al frente y Danny, que esta vez parecía ir armado con un arco.

Alis entonces miró a su amada, atada al trono y sonriendo tétricamente.

- ¡Danna! - el querubín voló para agacharse a verla mejor.

- Alis... Estoy tan contenta de estar aquí, al fin voy a ser útil...

- Danna, no... No digas eso. T-tú siempre, has sido útil, te lo prometo... - ante la mirada de Lucifer y sin ningún tipo de sutileza Alis acarició la mejilla de la chica.

- Ven, ven conmigo Alis. Seremos felices, y estaremos en un lugar seguro.

Alis sabía demasiado bien a qué se refería Danna y de lo que estaba hablando, y la miró fijamente, con intención de decir algo.
En medio de esa escena, el de la coleta se dignó a correr y acercarse a Carlos, quién le abrazó con fuerza.

- Ah... Danny...

- Mmm, Carlos... - el artista sonrió momentáneamente antes de notar a esas criaturas detrás de Carlos. Danny gritó un poco, y para intentar calmarle, Carlos se puso delante suya, protegiéndole.

- Tío...

- Tranquilo. Mantén la calma... Y dame ese arco.

- ¿Qué está pasando....? - Danny se notaba cada vez más indefenso y desprotegido, los monstruos le empezaban a mirar con esos perturbadores ojos, para evitar sentirse mal y con ganas de vomitar se centró en ver a Carlos y en darle el arma.

- Danny, corre. Por favor, corre y diles a todos que siento si fui duro de más...

- No digas eso, no digas eso... - Danny trató de calmar a Carlos, notablemente más expresivo que de costumbre.

- Yo tampoco sé qué está pasando, Danny. - dijo mientras trató de averiguar como se tensaba el arco.

- Ni yo, ni yo, ni yo... ¿Ese de allí no es tu padre? ¿Qué hace una chica ahí? ¿Y la carnero?

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