VIII

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/El Ministerio, ???/
/Año ???/

Tisnoc procedió a abrir la puerta del cuartel general con la palma de su mano. La hasta ahora policía no podía dar a crédito, hace nada estaba en su casa y ahora estaba en un cuartel general de una organización secreta que se dedicaba a viajar por el tiempo en busca de Lucifer.

- ¿Estás nerviosa?

- Lo cierto... Es que sí... - Joanne rió para aliviar tensiones.

- Es normal, yo también estuve así cuando me alisté. Se vuelve todo más mundano luego, así que no te preocupes tanto...

- Y, ¿cuántas naves habéis mandado a la Tierra?

- Muchas. Las suficientes para cubrir las plazas que necesitamos... Para esta nueva misión. ¿Sabes? Eres de las primeras humanas que han pasado por aquí. Normalmente no os queremos involucrar en estos asuntos, pero esta vez la situación es urgente...

Joanne asintió mientras se fijó en la cantidad de criaturas que estaban a su alrededor; desde pegasos resplandecientes hasta seres con más manos que pelos en la cabeza; incluso ya había avistado a un par de ángeles.
Este nuevo mundo le era tan fascinante como a la vez intrigante. Todos esos seres ficticios resultaban ser reales en este mundo. Que a la vez era el suyo.

Se preguntaba si alguna vez estas maravillosas criaturas habrían vivido con sus antepasados, si hubiese sido algo armónico y natural o, por si el contrario, el hecho de que estén separados en la actualidad fuese por motivos de guerras o enfrentamiento hace tiempo.

Noxis probablemente tuviese la respuesta a su eminente curiosidad, pero prefirió no preguntar, ya que parecían estar entrando en la sala central.

Una bella mujer con alas impresionantes y una agradable sonrisa estaba sentada en medio de un trono blanco. Ella también llevaba el uniforme que les había visto llevar a toda la gente aquí.
Probablemente fuese la jefa de aquí.

Tisnoc hizo una reverencia al estilo oriental, y segundos despertar de haberla visto hacer eso, Joanne lo repitió.
La mujer gigante rió un poco.

- Buenos días, Tisnoc. Veo que ya has traído a la nueva recluta aquí...

- En efecto, Arial.

- Hola... Joanne.

- ¿Cómo has sabido mi nombre?

Arial sonrió.

- Tengo los datos del escáner que se te hizo. N-no estés nerviosa, por favor...

- L-lo intento...

- Bueno, Tisnoc, tu tiempo ayudando a Joanne acaba aquí, necesito hablarle de unas cosas. Te veré luego si es necesario.

- Gracias. - hizo la misma reverencia y miró a Joanne. - nos vemos.

Ahora que Tisnoc se había ido y estaba a solas con aquella ángel gigante, Joanne intentó no saltar en pánico.

- Que nombre más bonito, Joanne. ¡Qué más podría esperar de una humana!

- Gracias... Jefa.

- Arial, si no te importa. Bueno, ¿cómo ha sido tu viaje hasta aquí?

Los intentos de esa chica por romper el hielo acabaron desestresando un poco a la de piel chocolate.

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