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/El Ministerio, ???/
/Año ???/

Arial cogió con sumo cuidado a la consternada viajera y la elevó hasta donde estaba su cara para acariciarle el pelo con el meñique.

- Te entiendo... De verdad que lo hago... Mis hermanos también murieron de esta manera...

La chica se levantó y se secó las lágrimas. Inmediatamente asintió y miró a Joanne, que estaba sentada en el hombro del gigante ángel intentando asimilar lo que había pasado.

- ¿Es nueva?

- Oh... ¿Ella? - miró a su hombro. - Sí, se llama Joanne, y es una bella humana. Se ha unido a nuestras filas hoy, y si no te importa; me gustaría que le enseñaras un poco más esto.

- Sí, mi señora. - asintió e hizo una reverencia.

- Pero ahora creo que es mejor que descanses, Brazaka.

- S-sí, está bien...

El ángel descendió su mano y sonrió a la viajera, la que se fue a un cuarto cercano, los dormitorios, como Noxis le había indicado.

- ¿Quién es ella?

- Es una larga historia... Es una de los hijos de Lucifer. Una 'Hija', como aquí nos referimos a ellos. La 'Hija 579', para ser más exacta.

- ¿Cuántos hijos tiene Lucifer entonces?

- Pues, es un misterio. Rondan los 666, pero honestamente nadie sabe si en el fondo tiene más. Recuerda, ahí abajo dónde viven los demonios, los pecados son el pan de cada día... Que manera más horrible de vivir, la de actuar sólo por instinto, como un animal...

Joanne suspiró y se acercó al oído de Arial.

- Oye, ¿podrías bajarme?

- Claro, cielo.

El ángel descendió a la agente al suelo y ella le hizo una reverencia y salió corriendo hacia su panel de control correspondiente.
Tenía claro que si había un chico que coincidía con el mismísimo diablo en cuanto a manera de actuar y personalidad era el mismísimo Díez. Tal vez debería decírselo a Arial.

Pero ahora se empeñó en buscar lo que le habían pedido. Indicios de una incursión por parte del demonio a la Tierra.
Y lo cierto era que no tenía ni idea de manejar esta tecnología tan futurista, por lo que se quedó varios minutos mirando al vacío mientras trató de asimilar toda esta situación. No sabía nada de lo que estaba pasando en verdad, y aún así todo parecía de una gravedad que ni ella podía comprender.
¿Plan para destruir la humanidad? ¿Nuevo Apocalipsis? No iba a quedarse de brazos cruzados.

- ¿Necesitas ayuda con eso? - Tisnoc se acercó de nuevo y la miró con todos los ojos que sobresalían de sus brazos.

Joanne la miró por un momento, no se había dado cuenta de todos esos ojos que marcaban todo su cuerpo en su totalidad, lo cual añadía a su parentesco con un demonio.

- Sí... Si no te importa.

Tisnoc sonrió y se puso a controlar los mandos.

- Vale, lo primero que hay que hacer es iniciar el panel, pon tus ojos y enseguida se encenderá. Ahora tecleas, MI. Y ya lo tienes, ya puedes buscarlo.

- Y... ¿Qué ojos tienes que poner en tu caso para activar el sensor?

- Oooh, sólo los cinco de la cara. - dijo tras una risa.

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