Recuerdo nuestros viajes. Aquellas veces en las que huíamos de la realidad.
Recuerdo aquella vez en la que nos escapamos de la escuela para emprender un pequeño viaje a la playa junto con un par de amigos.
Recuerdo que pasamos la tarde surfeando, nadando e incluso jugamos una competencia de volleyball. Y cuando anocheció nos sentamos frente a una fogata a cantar y a reír.
—No quiero que esto termine —me dijiste cuando estábamos sentados frente a la fogata, yo tampoco lo quería. Deseaba que aquel momento fuera eterno, deseaba quedarme en ahí contigo a mi lado.
Pero terminó. Aquel dulce recuerdo llegó a su fin así como mi futuro a tu lado.
Una rosa por todos los recuerdos inolvidables.