Toda mi vida traté de convencerme que estaba bien tal y como era.
Siempre creí que estar solo no era un gran inconveniente, al menos no para mí.
Pero después de ti... digamos que ya no puedo afirmar tal cosa con la misma seguridad que antes.
Tú hiciste que mi mundo cambiara en formas maravillosas, traías felicidad y alegría a mi vida gris y aburrida.
Pero cuando te fuiste fui consciente del peso de una cruda soledad que me asfixia día con día.
No fue hasta que te perdí que me di cuenta de lo amargamente triste que es estar solo en el mundo.
Una rosa por tu compañía.