Aún puedo jurar escuchar tu voz llena de felicidad cuando me llamaste para contarme que no podías esperar ni un segundo más para decirme que habías sido contratada.
Estaba tan feliz por ti.
Recuerdo haber llevado a casa una botella de vino y tu pizza favorita para celebrar aquella noticia.
Aún recuerdo tu cara de felicidad, tu enorme sonrisa y la calidez que nos rodeaba en aquel momento.
Fue en ese instante en el que me di cuenta de que teníamos todo lo que podíamos desear.
Añoro aquellos tiempos donde todo parecía perfecto. Donde estábamos juntos y perdidamente enamorados el uno del otro, donde amaba mi trabajo y donde tú habías conseguido el trabajo de tus sueños.
¿Quién diría que todo se comenzaría a desmoronar después de aquel día?
Una rosa por aquella etapa de nuestra vida donde éramos felices juntos.