Nunca fui bueno con las palabras, y tú lo sabías.
El decir te amo, eres mi vida o cosas por el estilo no era característico de mí.
Cielos, yo nunca fui un hombre romántico de los que salen en las películas. Siempre me fue particularmente difícil expresar mis sentimientos por medio de las palabras, así que recurría a las acciones.
Recurrí a abrazarte como si mi vida dependiera de ello, opté por besarte cada momento del día, opté por sujetar tu mano, y también me incliné a hacer pequeñas cosas por ti, como llevarte el desayuno a la cama, rellenar el cajón de dulces que mantenías "escondido", dejarte notas deseándote un feliz día...
Ahora me arrepiento de no haberte dicho lo mucho que te amaba.
Daría todo por decírtelo una vez más.
Una rosa por todos los "te amo" que pude haber dicho.