25.

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¿Recuerdas la pequeña iglesia que tanto te gustaba? Paso cada mañana frente a ella cada mañana que me dirijo al trabajo.

Nunca lo dijiste, pero yo sabía que ansiabas casarte ahí. Y sólo Dios sabe cuánto me emocionaba la idea de verte caminar al altar vestida de novia y yo al final esperándote.

Lo arruiné, lo sé. Quería esperar a juntar el suficiente dinero para un anillo espectacular, para que tuvieras un vestido de deslumbrante, para que tuvieras un ramo hermoso, para la ceremonia fuera perfecta... y ahora ya no estás conmigo.

Es curioso, pero cuando se trata de ti, siempre me arrepiento de lo mismo.

Esperar. Siempre esperando. Siempre desperdiciando tiempo valioso. Tal vez si hubiese dejado de esperar y hubiese comenzado a hacer todo sería diferente.

Nunca pensé que un día lamentaría profundamente no haber usado mejor mi tiempo a tu lado.

Una rosa por lo que pudo haber sido y no fue.

Rosas Blancas [Andy Biersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora