Nadie es perfecto al 100%
Eso Candice lo sabía. Pero ella tenía que ser perfecta, desde siempre se había presionado a ello.
Sin embargo cualquiera puede equivocarse cuando de tener un corazón roto se trata. Y así cuando su novio la dejó de un día pa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
" —Y eeso sería todo en mi patética vida, ¿quieres oírrrr másss? —dijo sonriendo tontamente.
—No, con eso basta —respondí al tiempo que le hacía unas señas a sus amigas.
—Ah, bueeeno. Tenngo que irrme —habló alargando nuevamente las palabras.
Suspiré y le sonreí, acaricié su rostro y le di un corto beso en los labios. Ella frunció el ceño y me separó, juguetona y con esa estúpida sonrisa otra vez.
Sus amigas llegaron y empezaron a tironearla del brazo, acomodó su vestido amarillo mostaza y les dio manotazos leves que no dañarían ni a una mosca.
—Llámame. —Pidió tambaleándose—. Llámame o...
—¿O qué?
Sonrió y se giró dispuesta a irse, entonces me dio la última sonrisa que me podía dar una chica completamente alcoholizada esa noche.
—O jódete. Llámame o jódete, Blake".
Así comenzó todo, una historia de odio, de amor, de mentiras, traiciones, engaños, desamores y realidades.
Candice Finnstone, la chica 'perfecta', con la vida ideal empezó su primer año de universidad con un cambio en su vida, algo que no la hacía tan "ideal" en ningún sentido.
Aunque bueno, quizás nunca lo había sido en primer lugar.
