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Abrió los ojos y se acomodó en el espacio que tenía en la cama. Frunció el ceño al ver a la tipa morena y desnuda a su lado.
Entonces recordó la noche anterior y sonrió. Había estado en la disco Monroe a pedido de sus amigos, había charlado con una patética y desafortunada chica rubia borracha, había coqueteado con una morena que no dejaba de observarlo, y ahí estaba; en su cuarto la mañana después de tener sexo con ella.
Se colocó el mismo esmoquin blanco que había usado la noche anterior, estaba limpio y casi ni lo había utilizado. Suspiró y sonrió ante la imagen de su cama; la chica se despertaba con el ceño fruncido, y una clara expresión de horror.
—¡Mierda! ¿Qué hago aquí? Mis padres van a matarme...
—Ese —dijo Blake—, es tu problema.
Los ojos de la morena se llenaron de sorpresa y luego odio, entonces se levantó de un salto de la cama, se puso un sostén amarillo mostaza con encaje que le recordó a la rubia de la noche anterior. Mierda, no podía quitársela de la cabeza.
Las historias que le contó, parecían sacadas de una película de mala suerte. Además de su primer período, su primer beso, su primer amor, su primer novio y su primera vez, Blake había escuchado la vez que a Candice se le había descocido el jeans en una fiesta de cumpleaños y se había ocultado en el primer lugar que encontró, debajo de una mesa, lugar que resultó ser debajo de la mesa del pastel, del cual saldría un acrobata famoso que haría piruetas para su primito de 5 años. Finalmente, Candice salió e impactó a todos en la fiesta, no sólo por ser ella, sino también por su jeans rasgado en el trasero. Esa y muchas otras desgracias de su vida había soltado la rubia parlanchina y borracha.
—¡Soy menor de edad, puedo decir que me violaste! —exclamó la morena, sacándolo de sus pensamientos.
—Para eso; necesitas pruebas en mi contra, y que yo sepa, no hay ninguna, linda. Ahora vete antes de que pida que te echen —agregó con una falsa amabilidad.
Se notaba que la morena a lo más tendría unos 17, así que daba igual. No era tanta la diferencia de edad considerando que él tenía 19 años nada más, no era un sujeto de 30 o 40 años como para que lo arrestaran. Simplemente era un adolescente que empezaba a entrar a la adultez. O eso físicamente, pues Blake no era para nada maduro.
Miró la hora en su reloj. Eran las 7:17 a.m. Necesitaba estar en la universidad a las 8:00 a.m.
Sonrió. Tenía tiempo, así que bajó a desayunar como sólo los Donovan lo hacían en días ocupados de la semana; igual que reyes adinerados.
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Call Me or Fuck You
Teen FictionNadie es perfecto al 100% Eso Candice lo sabía. Pero ella tenía que ser perfecta, desde siempre se había presionado a ello. Sin embargo cualquiera puede equivocarse cuando de tener un corazón roto se trata. Y así cuando su novio la dejó de un día pa...