Nadie es perfecto al 100%
Eso Candice lo sabía. Pero ella tenía que ser perfecta, desde siempre se había presionado a ello.
Sin embargo cualquiera puede equivocarse cuando de tener un corazón roto se trata. Y así cuando su novio la dejó de un día pa...
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Al despedirse de sus amigos y llegar a la puerta principal, Candice rió al ver la expresión de Lydia.
—¿Qué te sucede?
—Nada, es sólo que... volver a casa es aburrido.
—Es peor volver a la escuela, oh, cierto, yo ya no voy a Green Bean —bromeó—. Tú sí.
La rubia menor rodó los ojos e introdujo la pequeña llave en la cerradura.
Al entrar, no vieron a nadie, ni Jack, ni Hank y menos Hellen. ¿Qué rayos había pasado? Eran las 7 de la mañana un día lunes feriado.
—Bueno, ¿quieres ver una película? —propuso Candice, sentándose relajadamente en el sofá y encendiendo la televisión.
Lydia se echó a su lado y asintió.
—Oye, ¿te puedo pedir un consejo?
—Claro, ¿qué pasa?
Bufó y desarmó su trenza, luego colocó la liga alrededor de su muñeca.
—Steve tiene una relación extraña con esos chicos que me trataban mal, digo, pareciera que son amigos y ya pero, hoy estaba hablando con Kyle y sonaba... muy enojado.
Candy lo pensó unos segundos antes de responder.
Genial, su primer novio y es amigo de esos idiotas, pensó frustrada.
—Pues, creo que deberías tratar de conocerlos un poco, quizás ya no son como antes. Podrías pedirle a Steven que te dé el número de alguno o...
—De hecho, iré a una cena elegante por su cumpleaños, y ellos irán —explicó.
La rubia mayor asintió, y comenzó a buscar alguna película que les gustara a ambas.
—Entonces debes ir con una buena actitud; tratar de llevarte bien con ellos, puede que se disculpen por todo lo que pasó hace años y todo salga bien.
El sonido que informaba una notificación sonó y vio que era un mensaje de Whatsapp.
Papá: En unas horas me iré a New York, cariño, tengo mucho trabajo aculado y no puedo quedarme más tiempo.
Hizo una expresión de sorpresa y tristeza, y le enseñó el mensaje a su hermana.
Papá: Dile a Lydi y vayan al restaurant Mocca, quiero desayunar con ustedes antes de irme.
Suspiró y apagó el televisor, se levantó del sofá y miró a Lydia con con energía.
