Nadie es perfecto al 100%
Eso Candice lo sabía. Pero ella tenía que ser perfecta, desde siempre se había presionado a ello.
Sin embargo cualquiera puede equivocarse cuando de tener un corazón roto se trata. Y así cuando su novio la dejó de un día pa...
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Hace una hora atrás, antes de que Lydia y Sasha llegaran; Candice se encontraba viendo televisión cuando sonó el timbre, bajó y se encontró a su amiga Emily, lo cual la tomó por sorpresa. Era miércoles en la noche y se suponía que ella viajaba el día siguiente.
Sonrió.
—¿Qué haces aquí? Pensé que llegabas mañana en la noche, Em.
—Si bueno, decidí no ir mañana ni el viernes, porque... Johnson llegó a mi departamento ayer. —Dijo soltando un suspiro y sorprendiendo a Candy —. Quién lo diría, y pensar que hace dos años hubiera saltado de alegría al ver al imbécil de mi primo.
Troy Johnson era el primo de Emily. Ambos solían ser como hermanos, pero cuando él se metió en líos al hacer malas amistades; no dudó en culpar a Emi, quien tuvo severos problemas con la policía y con sus padres. Por esa razón, ya ni siquiera le hablaba porque ya no lo consideraba alguien digno de querer y apoyar como un familiar.
—Oh, lo siento. ¿Qué quiere ahora?
—Quiere que le preste 200 dólares para pagar deudas, pero está demente si cree que lo haré considerando lo idiota que fue conmigo y con mis padres, sin mencionar a Sandy.
Sandy era su pequeña hermana de 13 años, en ese tiempo de 11, quien también lo quería como a un hermano mayor. Tristemente él la trató como basura y la expuso al peligro de acompañarlo a un robo con sus amigos, la última vez que se vieron y la hizo llorar, ahora Sandy era una antisocial que no quería hacer amigos ni conocer a nuevas personas. Troy no era tan peligroso, no robaba cosas tan graves, lo peor era que se dedicaba a fumar todo el día y, a veces, a fumar marihuana. Ya no era bienvenido de parte de Emily.
—El imbécil no quiere aceptar que me vale mierda su vida y que sólo quiero que se vaya. Intenté echarlo pero me dijo que se tendría que quedar en la calle, así que le di de plazo hasta el lunes, y me fui, obviamente trayendo todo el dinero y cosas de valor. No confío en él.
Candice asintió.
—De todas formas, sabes que puedes quedarte aquí todo lo que desees, Emi. Ven, preparé chocolate caliente porque muero de hambre y estoy viendo un capítulo muy bueno de CSI.
Entraron y al estar en el sofá con una manta, escucharon un ruido en la parte trasera del patio. Fruncieron el ceño y pusieron en mudo el televisor.
—¿Crees que se haya metido alguien por atrás? —Susurró Candice.
Emily asintió intentando divisar mejor el jardín desde el ventanal. Estaba oscuro y no traía sus lentes de contacto para ver con un poco más de claridad las cosas. No tenían una visión mala, pero necesitaba anteojos para ver mejor algunos detalles o cosas a distancia.
