Nadie es perfecto al 100%
Eso Candice lo sabía. Pero ella tenía que ser perfecta, desde siempre se había presionado a ello.
Sin embargo cualquiera puede equivocarse cuando de tener un corazón roto se trata. Y así cuando su novio la dejó de un día pa...
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—¿Qué quieres decir? —preguntó aunque ya sabía perfectamente qué quería Blake.
Él sonrió sabiendo que la rubia comenzaba a tenerle miedo y se ponía nerviosa estando con alguien que sabía sus secretos.
—Como dije, no se te ocurra ser mejor que yo acá, tú misma me revelaste que tenías el promedio más alto de tu escuela. No te hagas la tonta, porque te arrollaré, Candice.
—Eres un maldito...
—Ahórratelo. Sólo procura no superar un 9.3 de promedio general en los exámenes, así estarán a salvo tus secretitos vergonzosos —dijo Blake y se volteó dispuesto a irse—. Por cierto, me llamo Blake Donovan. Pero como ya sabes, para ti sólo es Blake. Y si no te llamé... es porque jamás me diste tu número.
Le guiñó un ojo y se fue lleno de sus aires de superioridad.
Candice cerró sus ojos con fuerza, tenía miedo de hacer cualquier movimiento. Definitivamente maldecía el minuto en que se le ocurrió aprobar la idea de su amiga e ir a esa disco del demonio en donde, efectivamente, el mismísimo Satanás se encontraba con el nombre de Blake Donovan.
—Mierda —murmuró para sí misma —. La vida me odia.
Sin más volvió a su siguiente clase, sin poder dejar de maldecir su idiotez por las acciones que había cometido.
Por otro lado; Donovan no dejaba de mirarla. Sin dudas era la chica más hermosa que había visto en alguna disco, y aparentaba perfección pura de sólo verla. Pero al oír todas las cosas que le habían sucedido a lo largo de su vida, cualquiera se daría cuenta de que no era perfecta. Claro que eso a Blake le pareció cómico. Era tan rubia, alta, de hermosos rasgos, con buenos atributos, y se notaba que era buena persona, no parecía ser como esas típicas rubias de los libros.
Pero aún así, él podía divertirse y controlar las cosas a su favor, algo tenía Candice Finnstone, algo especial y llamativo, y eso quería descubrir Blake Donovan.
(○○○)
—¡¿Te lo encontraste hoy?! ¡Eso suena horrible, Candy!
La laptop de Sasha estaba que se caía al suelo de tantos gritos por el otro lado de la línea, o eso parecía. Una videollamada era lo que estaba sucediendo. Kourtney y Emily estaban lejos, pero se comunicaban por medio de una aplicación y hablaban a la distancia.
