III.

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Cuando por fin fueron llegando a la casa, iban a ser las 2:30. La ciudad era pequeña pero Jimin vivía bastante lejos pues amaba no sentirse aprisionado en edificios, asi que vivía en la pequeña casa que le habían heredado sus abuelos al ser el único nieto.

Suspiró cuando vio la casita asomarse por la vereda. Quería huir de ese auto lo más  pronto posible, a ese paso ya estaba excitado y odiaba la sensación ahí abajo que lo obligaba a usar protección al respecto. De hecho, debería comenzar a admitir que a veces odiaba de verdad sus ciclos.

- Jimin... - llamó YoonGi y este se estremeció con la ronca voz - estás temblando.

Se apartó bruscamente cuando sintió la mano del chico en su frente y Min lo miró  apenado y algo sonrojado. No quiso ser irrespetuoso, pero había sentido electricidad recorrerlo con el ligero contacto.

- Estoy bien, no te preocupes.

- Está bien.

Min aparcó el auto casi al frente de la casa y cuando lo apagó, el silencio de la madrugada inundó el pequeño espacio. Jimin se sentía muy nervioso y algo tonto, siendo honestos, pues por culpa de algo que no podía controlar, estaba sintiéndose y actuando raro.

Se sorprendió cuando Min abrió la puerta y salió del auto, su respiración se aceleró aún más cuando pocos segundos después lo vio abrirle la puerta.

- Vamos, Jimin - ¿había mencionado que odiaba la voz de YoonGi? Era demasiado exquisita como para que fuera cierta y ahora parecía meterse por todos los poros de su cuerpo.

- No es necesario que me lleves hasta la puerta de mi casa, has hecho más que suficiente y te agradezco mucho por eso - sonrió y trató de ignorar que sus mejillas estaban rojas y que él mismo estaba sudando.

- 1. Estás borracho y 2. Voy a dormir aquí.

- ¿¡Qué!? - casi gritó y YoonGi se rio discretamente.

- Claro, vivo a 30 minutos al oeste del centro y tú  vives a 30 minutos al este del centro... eso es una hora de viaje y no pretendo manejar todo eso, ¿se te olvida que yo tampoco estoy muy sobrio?

- Sí  pero es que no puedes, ¿no entiendes que estoy...? - se calló, avergonzado como por décima vez - es decir, creo que no sería apropiado, además, yo no te vi tan tomado.

- ¿Tanto te molesta invitarme a tu casa? - preguntó el alfa, entre curioso y confundido.

- Por supuesto que no, pero es que... sólo hay una habitación en mi casa y yo no...

- Vale, lo entiendo. ¿Te molesta que esté cerca de ti porque estás en medio del ciclo? - Jimin se vio obligado a apartar la mirada y a como pudo, trató de salir del auto, pero YoonGi aún estaba bloqueando el paso.

- Lo siento, no estoy acostumbrado a esto.

- ¿No estás acostumbrado a un ciclo? ¿Estás molestándome?

- No, a tener que vivir un ciclo - preferiría no haber tenido que lidiar con eso, pero era mejor  a que YoonGi se  llevara una mala impresión -  la verdad es que no sé por qué te cuento esto, pero  siempre uso pastillas  por lo mismo, porque odio estos síntomas y ahora por tonto, tengo que lidiar con esto y... YoonGi, no me lo tomes a mal, pero no sé  por qué tu olor se volvió tan fuerte y no deja que ni siquiera pueda concentrarme.

No fue capaz de mirar al chico de frente mientras decía eso. Se sintió incluso más incómodo y avergonzado de lo que había estado antes y aunque sabía que no tenía que dar razones tan íntimas, no quería que Min pensara que simplemente no quería invitarlo.

Se atrevió a verlo por un segundo. YoonGi y él eran algo cercanos pero no tanto como lo era con Sie. No le gustaba admitir que podía ser débil ante sus instintos y sobretodo, no quería que Min lo viera por más tiempo en esas condiciones.  Quizás debería vomitar todo lo bebido y luego tomar las patillas de nuevo, quizás funcionaría.

Little Rose by Mink (YoonMin/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora