XVIII.

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NamJoon notó la vacilación en Jeon. Si el tipo no se  decidía a ayudarlo por las buenas, tendría que ir hasta donde estaba y molerlo a golpes si fuera preciso. Jeon no podía darse el lujo de negarse, tenía su mirada fija en el lobo, notaba su nerviosismo y todo lo que tendría que hacer sería dispararle. Él  no tenía opción.

- Diez de los grandes, sino no hay trato - se dejó decir el chico. Sí, parecía nervioso pero no era tonto. Él, mejor que nadie,  sabía lo importante que era Taehyung para NamJoon... sabía que daría cualquier cosa por él, pagaría cualquier precio con tal de mantenerlo sano y salvo.

- Hecho, dime donde está -. Dijo, sin titubear.

- Quiero el dinero ya, no vaya a ser que se te olviden los favores.

- No tengo tiempo, dime dónde coños está o te aseguro que voy a volarte un pulmón de un jodido disparo.

- Vaya, te noto desesperado - comentó, burlándose en su cara.

- Jeon, no tengo tiempo para  tus estúpidos juegos. Dime dónde está, es la última oportunidad - respondió, su voz amenazante y aunque no le gustaba la idea de dañar a Jeon, lo haría si seguía insistiendo. Todo lo que podía pensar era en que su pareja estaba secuestrada y el imbécil de Jeon osaba perder segundos valiosos.

- Ok... diez mil, no lo olvides - dijo antes de dar un suspiro cansado -. Escucha, lo único que sé es que a unos traficantes les explotaron uno de los almacenes que utilizaban para producir ya-sabes-que y al parecer, alguien dijo que había visto a tu lindo Taehyung cerca del lugar. Supuestamente tuvo algún tipo de disputa con uno de los hombres de ahí  y luego Taehyung se fue. No he escuchado aún que alguien lo culpe directamente del incendio, pero por ahí me enteré de que querían "interrogarlo".

- Maldita sea - dijo, arrepintiéndose de haber lanzado ese jodido fósforo y haber incendiado el almacén con la coca y los cuerpos dentro. Dolor atravesó su pecho al entender que su pareja estaba en problemas precisamente por sus propias estúpidas acciones.

- Es todo lo que sé.

- Dime de quien lo escuchaste.

- No, si te digo van a matarme.

- Si no me dices voy a hacerlo yo.

- NamJoon- habló Jeon, Kim se quedó estático por un segundo, cuando el tipo se giró y miró justo a través de la ventana, directo en su dirección como si hubiese sabido que estaba ahí desde hacía bastante tiempo - No voy a decirte, no puedo.

- No puedes hacerme esto - dijo y ese tono casi podría pasar por una súplica, si su voz no fuera tan dura como de costumbre.

- No puedo solo decirte quien fue y morir... - dijo, Jungkook lo miraba directo a la cara y vio tantas emociones ahí que no pudo enojarse con él -. El tiempo en el que me sacrificaba por ti está muy lejos ahora. Ya ese Jungkook no existe -. Dijo, antes de cortar la llamada y acercarse más a la ventana, solo para coger los extremos de las cortinas y cerrarlas de una vez por todas.

Kim se congeló por unos segundos, mirando la ventana ahora cubierta por gruesa tela. Tragó grueso y recordó las múltiples veces en las que Jeon Jungkook había rogado un poco de su atención... las veces en las que lo humilló y se regocijó en su ego, al tener a un omega tan hermoso e inteligente a sus pies.

¿Cómo de dañado estaba que no sentió culpa alguna? No sentía nada, a decir verdad... hasta que Taehyung llegó y lo hizo entender... entendió lo que era amar, entendió lo que era llorar, entendió lo difícil que es saberse dependiente de una persona, entregarle su felicidad y esperar que cuide bien de ese corazón que uno, con tanto recelo, le entrega.

Little Rose by Mink (YoonMin/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora