VII.

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"Simplemente el dongsaeng de la otra mitad que no se atrevió a hacerlo primero", Jimin dudaba de que YoonGi se diera cuenta de lo mucho que significaban esas palabras para él.

Estaba algo confundido, YoonGi acababa de decirle que lo había notado, es decir, YoonGi de verdad había notado que Jimin existía y mejor aún, él había esperado que el chico se acercara a hablarle... pero Jimin había sido cobarde y había estado herido. Incluso se sintió peor por sentirse atraído por alguien de esa forma tan fuerte, pues era como si rompiera su propia  promesa.

Jimin se sintió pequeño y algo fuera de lugar. Nervios lo recorrieron y antes de que YoonGi pudiera ponerse a pensar en las palabras del menor,  abrió la puerta del auto y salió. Unos segundos después, YoonGi se le unió en la acera.

Caminaron hasta la puerta principal del restaurante donde se reunirían con Sie;  Jimin sentía las piernas de gelatina y era más que consciente del ligero calor que desprendía el cuerpo de YoonGi a sólo centímetros del suyo... ¿o ese calor provenía de su propio cuerpo?

Era cierto que la relación entre ambos había mejorado muchísimo en las últimas semanas  y eso lo hacía feliz, pero  infinitamente temeroso al mismo tiempo.  Si su enamoramiento por YoonGi  volvía, o siendo sinceros, se "intensificaba", entonces Jimin no tendría más opción que alejarse del alfa. Le había quedado más que claro que YoonGi lo veía como un amigo y sí, lo había notado en la universidad  pero eso no le decía nada en absoluto, es más, incluso puede que lo hiciera más doloroso.

- ¿Pasa algo? - preguntó YoonGi, puso una mano en la espalda de Jimin y el omega luchó por no estremecerse con  los escalofríos que le siguieron al gesto. La mano del alfa  quemando en ese pequeño sector de su fina cintura.

YoonGi tenía el ceño fruncido y lucía preocupado, Jimin se asustó, quizás YoonGi se había dado cuenta de sus sentimientos y ahora iba a reclamarle  por siquiera pensar que podía sentirse así por él.

- No pasa nada - se apresuró a decir.

- ¿Entonces porque estás tan  pálido? - YoonGi se acercó más y Jimin deseó dar unos cuantos pasos hacia atrás. El aroma del alfa era algo que nunca podría manejar, siempre lo dejaba mareado y al mismo tiempo, deseaba pedir más del exquisito olor.

YoonGi puso su otra mano en la frente de Jimin y lució sorprendido de que no tuviera fiebre.

- Creo que estás exagerando. Yo me siento bien - dijo el menor, literalmente huyó de su tacto -  mejor entremos y busquemos a Sie, a esta hora debe estar muriéndose del hambre y conociéndola, ya debe haber planeado unas 3 veces cómo  va a matarnos por haber tardado tanto.

Abrió la puerta precipitadamente y un sonriente mesero los recibió al otro lado.

El restaurante no era muy refinado pero la comida era exquisita y era el favorito de Sie. Ella los había invitado a cenar y Jimin sospechó que sólo quería tener en primera plana los nervios tontos que sentía Jimin cada que YoonGi estaba incluso sólo a metros de él.  Aún así había aceptado, solo porque eso significaba más minutos con el hombre a su lado.

- Esta loca de Sie no se ve en ninguna mesa  - dijo por lo bajo. El lugar era pequeño y definitivamente notaría  a la chica al segundo, ella no estaba.

- Talvez está en el baño - contestó YoonGi, escaneando con su mirada por el restaurante.

- Voy a llamarla. - Jimin hizo ademán de sacar su celular del bolsillo, pero YoonGi puso su mano en su antebrazo y Jimin debía admitir que ver a ese chico tan cerca, a  los ojos, era la cosa más emocionante que alguien pudiera hacer.

Sus ojos negros eran tan atrayentes que Jimin no creía posible que alguien  pudiera pensar que YoonGi no era el ser viviente más hermoso del planeta. Y su sonrisa, ¡qué daría Jimin por ver esa sonrisa todos los días  de su vida!

Little Rose by Mink (YoonMin/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora