6. Una mente maestra siempre tiene una buena estrategia

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-Ahora que ya estamos todos presentados- dijo Sebastian quitando sus largas piernas de la mesa e inclinándose hacia adelante- Es hora de que eles explique lo que sucederá a continuación.

Le di un mordisco a mi chocolate mientras que Elizabeth explotaba un globo de chicle.

-Cada uno de ustedes tiene un rango: Verde para la agilidad, Rosa para la hechicería, Azul para la Fuerza, Blanca para la Kinesis, Roja para la Mente y Dorada para el General. Cuando entremos en el campo de batalla y cuando entrenemos estos serán sus nuevos nombres, familiarícense con ellos. Así que si digo Roj...

-Ese soy yo- lo interrumpí mordiendo mi chocolate. Sebastian me guiñó un ojo cómplice.

-Pero antes de comenzar a entrenar como un equipo tienen que ganarse su lugar aquí, por lo que cada uno realizará distintas pruebas para saber si pertenecen aquí. Como sabrán, no son los únicos Genéticos del país, pero por el momento hay un cupo limitado- se explicó Sebastian- vos, sobre todo, deberías saberlo- aclaró el muchacho en dirección a Elizabeth. La muchacha asintió.

-Mi escuela está llena de brujas como yo pero yo soy la mejor- declaró dejando su cetro blanco- me he ganado este lugar y no pienso perderlo.

-¿Y cómo se supone que haremos?- preguntó Daniel Cuzis con su voz profunda y masculina.

-Se entrenarán con los demás Genetics de su Rango- se explicó- los primeros 6 permanecerán y el resto tendrá que intentarlo al año siguiente.

-¿Cómo llegaste a ser Veterano?- preguntó B. Sebastian lo observó detenidamente, había algo inquietante en sus ojos- empecé como tú, en un Rango similar al de Kinesis. Siempre se le otorga el color blanco al soldado del pelotón que tenga un poder que no entra en las demás categorías. Simplemente cumplí con mi deber.

-Notó una gran modestia en ti, Sebastian- dije estudiándolo con la mirada- pero sé que haz hecho algo importante por esta Corporación, incluso por el mismo Golden Claw. Estoy seguro de que él no le daría un Rango tan importante a alguien tan joven.

Sebastian sonrió.

-Hablas de modestia y juventud pero eres el más chico de aquí y aun así el más sabio, ¿A caso él llegaba las cuentas de la casa Sr. Patrick?

-Para él no eran más que un entretenimiento regular- contrastó el mayordomo sonriendo a través del blanco bigote.

-Estoy aburrido- comentó White. Termine mi chocolate y llamé la atención de Patrick.

-Tráeme mi juego de mesa, por favor- pedí. Patrick asintió y escuché a B reírse al otro lado de la mesa.

-Eres pequeño pero no tan pequeño- comentó el chico punk- ¿Qué haces armando juegos de mesa?

Patrick abrió la caja y tiró todas las fichas sobre la mesa. Comencé mi labor con tranquilidad.

-¿Qué haces?- preguntó Elizabeth con amabilidad inclinándose hacia mi. No desvíe la vista de mi trabajo, pero contesté de todos modos.

-White estaba aburrido- comenté. En unos segundos ya había acomodado veinte piezas.

El grupo miró a Patrick en busca de una explicación.

-Le gustan los juegos de mesa, lo ayudan a pensar.

El grupo me observó silencio mientras armaba el rompecabezas en blanco. Cuando terminé, todos aplaudieron con respeto, incluso B. no pudo evitar esbozar una sonrisa de estupefacción.

-Bien, Escuadrón 12- dijo Sebastian incorporándose. Al instante sonó un timbre por todo el lugar- esa señal significa que es momento de ir a sus entrenamientos. Prendan sus brazaletes y se activará un GPS que le dirá a qué edificio ir. Timé el brazalete para hacer lo indicado pero el Veterano lo detuvo.

-Espera, tú vienes que ir a otra parte- me dijo- vístete, te espero en la puerta.

🐲

No me sorprendí, sobre la cama de mi nueva habitación habia un uniforme como el de los demás a mi medida. Me puse la remera blanca, la chaqueta negra, los pantalones negros (por suerte los míos eran elástizados) y en vez de usar borcegos como el resto tenía unas zapatillas negras de abrojo. No sabía cómo se habían enterado de mis pequeños problemas a la hora de vestir, pero estaba seguro de que Patrick o mis padres tenían algo que ver con ello. Probablemente mi madre le había hecho una lista interminable al pobre Gustavo con todos los cuidados que requería cuidar a un chico yo. Como si fuera tonto, como si no conociera mis propias limitaciones.

Cuando me encontré con Sebastian en la puerta, noté que no estábamos solos, el mismísimo Gustavo se encontraba allí.

-Hola Sher- me saludó. Le devolí el saludo- ¿Recuerdas al Vidente?

-Por supuesto que lo recuerdo- conteste, enojado. Me habló de él hace unos días, ¿Cree que tengo Alzheimer?

-Lo sé Sher- contestó Gustavo- era una pregunta retórica.

Desvíe la vista al suelo, avergonzado.

-Todavía me cuesta distinguirlas de las preguntas normales, por eso las odio- me justifique. Golden Claw sacudió una mano, restándole importancia.

-Bueno, ya que Recuerdas al Vidente, es hora de que te ponga al tanto sobre él, voy a necesitar tu ayuda.

-Así que...éste es mi entrenamiento- adiviné observando a Sebastian, el Chico Niebla asintió- Si logró capturar al Vidente, seré parte de los Genétics.

SherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora