Sher

19. ¿El corrupto?

Pasaron quince minutos, cuando alguien tocó la puerta.

Héctor se levantó con cautela y nos lanzó una mirada de advertencia que lo decía todo: si se levantan les haré daño.

El hombre se dirigió a la puerta con cautela y observó por la mirilla.

-Soy yo, Sebastian- se escuchó- tengo a Gustavo.

Patrick me miró con sorpresa, el pobre no entendía nada. Héctor abrió la puerta y dejó pasar a Sebastian y a Gustavo, que caminaba a su lado con los ojos completamente blancos: Sebastian estaba usando la niebla para controlarlo.

-Nunca debí confiar en ti- le dije. Sebastian se encogió de hombros.

-Hay que saber elegir el bando ganador, Sher y Gustavo ya no tiene todo lo que necesitamos para dirigir a los Genetics. Necesitamos a alguien con ambición, con visión a futuro, necesitamos a alguien como Héctor.

-¿Me perdí de algo?- preguntó Patrick, a pesar de su ira por la traición, mi mayordomo no podía evitar ocultar su curiosidad.

-Gustavo en realidad es Héctor y Héctor en realidad es Gustavo- le dijo Sebastian sin mucho miramiento. Patrick entendió en seguida, después de todo uno no vive conmigo por 13 años para no poder seguir el ritmo de una conversación.

-Muy bien Sebastian, sabía que podía confiar en ti- declaró Héctor sin quitar la vista de mi hermano.

-Ahora que Gustavo está aquí, quizás podrías considerar dejar a Sher y Patrick fuera de esto- pidió Sebastian.

-Nosotros podemos arreglárnoslas solos, gracias- contesté, aunque sabía casi estadísticamente que las probabilidades de salvarnos por nuestra cuenta eran muy pocas.

-No pienso hacerlo, Veterano, la mente de Sher es demasiado...útil. Tengo que asegurarme de tenerlo cerca para que no se venga en mi contra, ¿Sabes? Y bueno- agregó mirando en dirección a Patrick - alguien tiene que ser su niñera.

-Es mayordomo- comentó Patrick. Héctor se encogió de hombros, realmente no le interesaba.

-Ahora, haz que mi hermano se siente en esa silla- pidió señalando a la pequeña banqueta que se encontraba frente a nosotros. Héctor se colocó detrás de su hermano y encendió las garras, colocándolas a unos milímetros de su garganta. Sebastian se paró a su lado a la espera de una nueva orden.

-Quítale el hechizo de la niebla- ordenó Héctor y Sebastian así lo hizo.

Gustavo volvió en si y parpadeó varias veces. El hombre tardó un momento en comprender la situación en la que se encontraba.

-Supongo que nos has traicionado- dijo Gustavo en dirección a Sebastian. El muchacho lucía una cara de póker increíble.

-No estás equivocado- contestó Héctor- ¿Qué se siente que te traicione alguien que creías que nunca lo haría? ¿Eh? Así se siente, hermano.

-Si todo esto es por los Genetics...

-¡Claro que es por los Genetics!- lo interrumpió Héctor, sumido en cólera. El movimiento hizo que las garras hicieran un pequeño corte en la garganta de su hermano.

Tragué con esfuerzo, Gustavo no podía salir herido.

-Era nuestro plan, se suponía que los dos íbamos a ser los directores, ¡Se suponía que los dos íbamos a dirigir este negocio juntos!- continuó Héctor.

-Eso es lo que todavía no entiendes, los Genetics no son un negocio, son seres humanos...

-¡Yo soy el que está hablando!- volvió a gritar Héctor, fuera de si. Gustavo suspiró, como si no se encontraba a punto de ser asesinado por su hermano demente- me traicionaste, me eliminaste del contrato y te lo quedaste todo para ti mismo. Me lo quitaste todo y por ello te quite a tu esposa e hija.

Gustavo cerró los puños y apretó la mandíbula sumido en la impotencia.

-Ahora, todos los que querías no están o te han traicionado, te he quitado tu empresa y éste es el momento exacto. El momento más miserable de tu vida. Éste es el momento en el que por fin, puedo matarte y todos, incluido tu Veterano favorito a quien criaste como tu propio hijo, estarán aquí para ver tu final.

Observé a Sebastian, quien me devolvió una media sonrisa burlona. Se la devolví. Héctor había caído en la trampa, otra vez.

Era hora de comenzar la fase final del plan.