20. El fin de la mision (Final)

1.5K 248 19
                                    

Durante unos segundos no pasó nada y mi confianza comenzó a derretirse como una bocha de helado en pleno verano, ¿Qué tal si Némesis no había comprendido el plan? No sería nada extraño considerando que la mayor parte de la gente no entiende lo que le digo...

No habían pasado muchos segundos cuando de pronto la recién nombrada se materializó detrás de Héctor con una bandeja y la golpeó contra su nuca. Los ojos del gemelo de Gustavo se salieron de órbita y el hombre se desvaneció. Sebastian lo capturó justo antes de que cayera al suelo y lo sujetó a una silla.

Lamento la tardanza. Comentó Némesis en lenguaje de señas. Me teletransporté a siete habitaciones diferentes antes de encontrar ésta. Confesó con una sonrisa de culpabilidad.

-¿Qué haremos con él?- preguntó Patrick. Gustavo miró a su hermano inconsciente con pena.

-Ha confesado asesinar a mi hija y mi madre. Es toda la prueba que necesitába- dijo con tristeza sacando la grabadora- Ahora dejaré que la justicia haga su trabajo.

Cuando la policia se llevó a Héctor y Gustavo se dispuso a salir detrás de él lo detuve.

-Golden Claw- le dije y le entregué el guante- Creo que esto es suyo.

Gustavo lo tomó entre sus manos y lo observó con pena. Una lágrima se deslizó por su mejilla.

-Es mi culpa que mi hermano sea así, ¿Sabes?- admitió- Ambos comenzamos esto juntos y cuando estuvimos en desacuerdo una vez de tratar de hacer las paces lo aparté.

-Eso no justifica sus acciones. Matar es un delito y por más peleas que ustedes tengan lo que su hermano hizo es una locura- contesté- No se culpe. La culpa debería sentirla Héctor.

Gustavo sonrió aunque sabía que seguía sintiendo remordimiento en su interior. De todas maneras lo dejé continuar.

En cuanto la habitación volvió a la tranquilidad, Patrick se acercó y se agachó frente a mi.

-Estaba preocupado por usted, Sher- me dijo. Abrí los brazos y lo abracé. Patrick tardó un momento en devolverme el abrazo y estaba seguro de que se debí a la sorpresa. Cuando nos separamos, me tomó de la barbilla y observó mi rostro con atención- veo que se ha quedado sin chocolate- comentó.

Debía verme cansado. Lo estaba.

-¿Qué tal si duerme una siesta antes de partir? Pediré un auto y empacaré las cosas, estoy seguro de que Sebastian tiene algunas cosas que arreglar con Gustavo antes de irnos- propuso Patrick. El jefe del escuadrón asintió.

-En unas horas volveré, mientras tanto descansa Sher. Némesis, probablemente necesites atestiguar así que deberías quedarte con Gustavo hasta que se resuelva todo el asunto del juicio.

Némesis asintió y se teletransporto a mi lado, me dio un beso en la mejilla y desapareció de la habitación. Sabía que me veía como un tierno hermano menor, ya que era mayor que yo, sin embargo no pude evitar fantasear.

-Nos vemos en un rato, Sher- me dijo Sebastian dirigiéndose hacia la puerta.

-Lawliet- contesté y la palabra sonó tan extraña, tan ajena que por un momento me dio la sensación de que no había sido yo quien había hablado.

-Lawliet- repitió Sebastian con una sonrisa y se llevó el dedo índice a los labios. Le devolví la sonrisa, sabía que mi secreto estaba a salvo con él.

Patrick me dio una barra de chocolate y, mientras la comía, me ayudo a quitarme las protecciones.

Me fui a dormir más tranquilo de lo que me había sentido hace mucho tiempo.

Había completado la misión, había salvado a mi amigo y hecho muchos más y estaba comenzando a independizarme de mis padres.

Nada mal para un chico autista de trece años.

SherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora