El parlamento

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~¿Pasa algo Hugo? Hablo James poniendo los ojos sobre la carta.

~El parlamento me citó.... Estoy  preocupado por lo que puedan decir.

~Tranquilo, tu padre y el mío son miembros activos, seguro serán informados antes que todos.

~Espero James, si sabes algo dímelo.

~Si Hugo, volviendo al tema de Sofía, ¡No la dejaré más en tus manos! Confíe en ti y ahora ella está grave. Se que si vuelve a Encantia todo mejorará. Papá y mamá estarán con ella, además Amber se encuentra más cerca y en compañía de Vivian podrían hacer sus días más amenos.

~¡No James! ¡Ella se quedará aquí! Esta en su reino, aquí están sus hijos, su vida, ¡Lo que ama!.

~Yo solo pienso en su bien, ¡Tengo derecho!

~¡Yo soy su esposo! ¡No tú!, Se lo que la haría infeliz.

James bajo la mirada apretando ligeramente los labios. Hugo tenía razón, él era su esposo, pero aún así no podía mantenerse tranquilo, ¡Era su hermana la que estaba enferma de muerte!.

~ Tienes razón Hugo, perdona las molestias.

James salió azotando la puerta del estudio. Hugo se reprendió por la forma en la que le había hablado, el rubio estaba tan preocupado como él. Entonces entendió que debían estar más unidos que nunca y dejar de lado sus diferencias.

La familia de Sofía regreso a sus respectivos reinos y la reina volvió a sus aposentos.

Nuevamente unos pequeños pasos caminaron hasta la puerta.
Sofía se percató de esto al ver que la perilla se movía en formas circulares sin revelar a la persona que estaba detrás.

~¿Quien anda ahí?.

Después de un momento, la princesa menor asomo su cara. Su rostro se encontraba totalmente rojo y sus pequeñas manitas apretaban sus ropas.

Sofía entendió lo que ocurría y con una sonrisa hizo que su pequeña niña se acercara.

~¿Qué pasa Jade? ¿Porque lloras?. Susurro con un tono de amabilidad que solo las mamás usan para calmar a sus hijos.

~¡Queria verte mami!

La niña salto hasta su regazo encogiéndose como si fuera un pequeño bebé, Sofía acarició sus cabellos castaños. Necesitaba a su pequeña hija, así como a sus hijos mayores. Pero la cercanía a Hugo era la que más extrañaba.

~Jade no puedes quedarte aquí, estoy enferma y te enfermaras también. Le diré a tu padre que te acueste.

~¡No! ¡No me quiero ir!.

~Mi bebé, necesitas dormir.

~Me iré pero no le digas a papá que estuve aquí, ¿Puedo venir mañana?.

~Claro cariño, te espero.

Sofía dió un beso en la frente de la niña y está desplegó una gran sonrisa.

Scarlett se había dado cuenta que su hermanita había salido de la habitación, no era tan astuta para huir como ella pensaba. La princesa mayor la había seguido hasta la habitación de su madre. Y al ver la carita de felicidad en el rostro de su hermana decidió no intervenir y hacerle creer que su plan había sido un éxito.

El invierno se acercaba y los días eran fríos y desolados. Esto solo hacía que la condición de Sofía empeorará.
Hugo cuidaba de su esposa, como lo más preciado de su vida.
Adoraba pasar las tardes a su lado e imaginar que eran adolescentes que no sabían nada de la vida. Sofía seguía el juego y se aferraba al pecho de su esposo, solo en sus brazos se sentía protegida.
Los primeros días de diciembre se hicieron presentes, lamentablemente, ninguno de los dos podía disfrutar de una tarde de patinaje sobre hielo.
Aún así ambos recordaban su época en la escuela real y todas las competencias que ganaron juntos.

~¡Mi hermosa Sofía!, Estás más bonita que nunca, ¿Te conté que nunca he conocido a otra persona como tú?

~¡Vamos Hugo!, Llevo semanas enferma, seguro mi apariencia es fatal.

~Yo no lo creo así mi reina. Sonrió coquetamente haciendo que Sofía se sonrojara.

Una tos hizo que Hugo se parara rápidamente de su asiento.
Sofía no dejaba de toser y su respiración comenzaba a ser forzada. 
Hugo entro en pánico, pero sabía como reaccionar, el doctor le había advertido que eso pasaría tarde o temprano.
La reina aspiraba aire, ¡Pero era en vano nada funcionaba!.
El rey tomo una bandeja de té hirviendo y lo puso cerca de su rostro. Gracias al vapor que este emanaba logro descongestionar sus pulmones haciendo que Sofía dejará de toser y pudiera respirar con menos dificultad.

Hugo entendió que las cosas iban empeorando y que debía estar al pendiente de ella.

Al día siguiente debía ir con el parlamento, pero no podía hacerlo. Sofía era su prioridad y no la dejaría sola en ningún momento.

Conforme los días pasaban el parlamento se hacía cada vez más insistente. Hugo no tuvo otra alternativa que aceptar una cita con ellos y escuchar lo que tenían que decir.

El rey dejo a Miranda con Sofía, sabía que era la única que podía cuidarla incluso mejor que él.

Después de unas horas aterrizó frente a la mansión donde se encontraban reunidos.
Era la morada del conde Alonso de Galdiz, un hombre mesquino y déspota, conocido de esa forma entre los reinos vecinos. Su mirada era triunfadora y se daba ínfulas de grandeza. Hugo jamás había tenido paciencia con él y mucho menos sabiendo la manera en que trataba a su esposa. Alonso solía sonreírle a Sofía de manera descarada sin importarle su presencia.

Si Axel no le hubiera pedido que hablara con ellos, él jamás habría accedido a visitar la mansión del conde.

Apenas bajo del carruaje fue recibido por el mayordomo. Hugo fue guiado hasta un gran salón donde se encontraban tanto duques como condes de los distintos reinos.

~Rey Hugo. Es un placer que haya accedido a hablar con nosotros.

~Me he encontrado ocupado, mi reino y mi esposa me necesitan más que nunca. Si es posible me gustaría que esta charla sea rápida, no cuento con mucho tiempo.

~Hugo no te apresures, siéntate y disfruta de mi cortesía. Hablo Alonso sonriendo de manera altanera. Hugo le sostuvo la mirada haciéndole notar que no era débil.

~Lo siento Alonso pero no sé porque me llamaron, mi reino está perfectamente.

~Hugo, no entiendo porque esa mirada, recientemente me enteré que nuestra familia tiene lazos sanguíneos, deberías de ser más agradable conmigo. Al fin y al cabo somos primos lejanos.

~Alonso no quiero ser grosero pero no puedo ausentarme demaciado ¿Dime qué está pasando? Mi esposa me espera.

En ese momento se escuchó la voz del duque de Freezenberg.

~Rey Hugo precisamente es de su esposa de quién queremos hablar.

Un amor inesperado SEGUNDA TEMPORADA (Sofia y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora