Un destino funesto

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A la mañana siguiente Scarlett entro a la habitación de Jade para ayudarla a vestirse; pero la pequeña niña no se encontraba en ella.
La princesa comenzó a correr por todo el castillo angustiada. La pequeña princesa ahora era su responsabilidad.

Su amuleto comenzó a brillar moviéndose en dirección a la habitación de su madre. La princesa intento abrir la puerta sin éxito.
Ya estaba cansada y totalmente preocupada sin recibir respuesta alguna.
Hugo se dirigía a la habitación con un ramo de flores cuando encontró a su hija recargada sobre la puerta.

El rey comenzó a impacientarse tratando de entrar con afán, pero nada parecía poder abrir la puerta. Milton camino de forma confiada hasta ellos, llevando en sus manos un juego de llaves. Su sorpresa fue cuando ninguna de ellas giro en la ranura. Todo apuntaba a que la puerta estaba atracada con algo.

Scarlett pensó en saltar al balcón desde la habitación de Jade. Al llegar la princesa se encontró con un camino que conectaba ambos balcones. Con decisión subió tomando su vestido con ambas manos y Hugo la siguió encontrándose con su hija menor recargada sobre la ventana.

El rey corrió a tomarla en sus manos y noto que se encontraba totalmente fría. Se quitó su saco y la cubrió intentando darle calor. Cuando por fin abrió los ojos por completo comenzó a señalar la habitación con insistencia.

~¿Qué pasa Jade? Susurro Scarlett tocando su frente.

~¡Tiene fiebre! Pide a Violet que cuide de ella mientras yo hablo con su madre.

Scarlett corrió hasta el castillo para minutos después llevarse a la niña.

Hugo no comprendía porque Sofía no había escuchado a la niña. Algo realmente grave debía haber pasado para que Sofía no la protegiera.

Con un poco de nervios forzó el cerrojo de la ventana y observó la figura de su esposa tendida en la cama en un profundo sueño.

~Sofia, amor.... Debes despertar susurro acariciando su cara.

Una frialdad de muerte se apoderó ante su tacto y el comenzó a moverla sin poder hacer que su esposa se despertara.

~¡Ayuda! Grito haciendo que todos en el palacio se alertarán.

Dave corrió hasta su padre y sus ojos inmediatamente se volvieron inexpresivos.
La imagen frente a sus ojos lo decía todo. La mano desvanecida de su madre y su cara pálida dando una imagen fúnebre hizo que el joven comenzará a llorar.

Hugo no quería separarse de ella pero el doctor debía estar seguro de su diagnóstico.

Esa tarde el reino se pintó de tristeza.
La noticia no tardó en esparcirse por el país y la familia asistió al velorio.

Aquel funesto día no paro de llover y Scarlett intentaba calmar a su familia aunque ella estaba igual de destruida que ellos.
La pequeña Jade se encontraba cada vez peor y el amuleto había extinguido su luz provocando un rosa pálido.

Hildegard se encontraba leyendo a la sombra de un árbol cuando escuchó una plática de las sirvientas.

~Es una pena lo que le pasó a la reina Sofía.... Era una persona maravillosa.

~Y seguramente la princesa menor no resista, su fiebre va en ascenso.

~¡Pobre del rey! Nunca había visto a alguien tan enamorado de su esposa.

Hildegard dejó caer su libro y comenzó a desvanecerse poco a poco en el piso.

Al despertar Ali se encontraba a sus pies observándola con molestia.

~¡Ali! Tuve un sueño terrible... Sofía estaba... Estaba..

~¡Lo está!

~No... No... ¡Esto no puede ser!...

~Por cierto, llegó una carta del parlamento, ya sabes su contenido.

~Ali... ¡Yo no puedo! No creí que esto pasará. ¡Todo es mi culpa! ¿Qué clase de persona soy?.

~Eres la clase de persona a la que no le importa pasar por encima de los demas y la que apenas ayer estaba riéndose por la expresión de la reina al enterarse de la infidelidad de su esposo.

~¿Qué puedo hacer ahora?.

~¡No puedes hacer nada mamá! El parlamento requiere que te mudes lo antes posible a Albuquerque.

~¿Tan pronto? No puedo hacerlo... Apenas han pasado unas horas... ¿Acaso no tienen sentimientos?.

~No es momento de arrepentimientos, tú misma lo dijiste. Ahora tendrás todo lo que soñaste y al hombre que te obsesiona. Lograste quitárselo a tu amiga de la infancia con la que pasaste risas y llantos. ¡Espero que te sientas feliz! Sonrió dejándola totalmente perpleja.

Ali camino rumbo a Albuquerque. Tenía que darle palabras de aliento a Scarlett, en parte se sentía culpable por lo que había pasado.

Scarlett escuchó la puerta abrirse y vislumbró al principe William parado frente a ella.

~Siento mucho lo que pasó....

~Es extraño verte por aquí. Hablo con indiferencia.

~Estuve fuera por un tiempo... Pero apenas supe lo ocurrido, viaje hasta aquí solo para verte.

~Agradezco tu interés... Pero.... No me encuentro bien en este momento y como verás mi hermana está muy enferma.

~Tengo el remedio perfecto, en Belgrado solemos untar hierbas de menta en los pies del enfermo, eso ayudará a refrescarla.

~¡Te lo agradezco William! Corrió envolviendolo en un abrazo. A pesar de todo no podía serle indiferente lo amaba demasiado como para mantenerlo lejos.
En ese momento Ali entro a la habitación encontrándose con esa escena, llenándose enseguida de celos y odio.
Sin decir nada más decidió dar media vuelta y planear su venganza. Adelantaría la boda lo antes posible y alejaría a William nuevamente.

Toda la familia permanecía sentada en el salón principal.
Hugo se encontraba con las manos en la cara y la cabeza agachada sin poder subir la mirada ni un momento. No quería que nadie le preguntará o hablara con él. Solo quería desaparecer y enclaustrarse en sus pensamientos. Pero la responsabilidad del reino y sus hijos no le daban un momento a solas.

Ahora entendía perfectamente el sufrimiento de su padre.
Perder al amor de su vida era el peor castigo que podia recibir.

Alonso se enteró de la enfermedad de la pequeña Jade y decidió visitar a la familia para hablar con Hugo y dar sus condolencias, aunque quería hacer más que eso, ese hombre solo se acercaría para hacer sus vidas aún más difíciles.
Sin saber que a lo lejos, detrás de la reja, unos ojos observaban lo ocurrido...

Un amor inesperado SEGUNDA TEMPORADA (Sofia y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora