Pobre Sofia.

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~¿Solo por un resfriado?, He estado resfriada muchas veces y no se muda de habitación. Se cuestionó Sofía abrazando la almohada.

Hugo observaba con preocupación a través de la puerta, ella parecía tan feliz, por esa razón no podía decirle la gravedad de su estado. Sofía perdería toda su alegría y no quería verla deprimida.

Scarlett y Dave sabían que algo andaba mal por la forma de actuar de los sirvientes.

Scarlett dió un golpe contra su cama y fue directamente a donde se encontraba su papá para pedir una explicación.
¡Nisiquiera había podido ver a su madre desde que se marchó!.
Además conocía muy bien a su padre y sabía que algo ocultaba.

~¡Se que algo pasa con mi mamá y no quieres decirlo!.

~Scarlett....Tu madre solo tiene un simple resfriado.

~¡Papá!, ¿Es verdad lo que dicen los sirvientes?, ¿Mamá tiene neumonía?. Grito Dave entrando a la habitación.

~¡Espera! ¿Qué?

~Upss... pensé que ella lo sabía susurro el joven tocándose el cuello.

Hugo agachó la cabeza y corrió a abrazarlos con fuerza.

~Es cierto..... El doctor dió pocas esperanzas de recuperación, así que cada momento a su lado debe ser sagrado.

~¡No!, debes estar bromeando papá, mi mamá es fuerte, ella no.... No va a morir ¿Cierto?.

~Scarlett creeme.... Si yo pudiera....daría mi vida por la de ella.

~No, no puedo aceptarlo grito Dave pegandose contra la pared.

~Haganme un favor..... No le digan que su condición es grave.. quiero seguir viendo su sonrisa y soñar con que ella supere esto. Aún no hay que perder esperanzas.

Un silencio rotundo se escuchó en la habitación.
Sofía abrió la puerta para encontrarse a toda su familia con lágrimas en los ojos.

~¿Pasa algo?.

~No mamá, es solo que.....es solo que.

~Los niños están tristes porque un amigo suyo se irá lejos. Interrumpió Hugo.

~Recuerden que la amistad prospera apesar de la distancia. Sonrió la reina viendo las sonrisas forzadas de sus hijos.

~Sofia, ve a descansar, aún no estás bien. Déjame acompañarte.

Hugo sostuvo a Sofía y la recostó en la Habitación.

~Hugo... Mi Hugo... Estoy muy feliz de tenerte a mi lado, cuando me mejore quiero que demos un paseo por los cielos, quiero ir al campanario de la escuela real y quiero abrazarte como solía hacerlo.

Hugo se mantuvo fuerte intentando sonreír para ella.

~Si Sofía, pronto iremos, por el momento has caso a las indicaciones del doctor y mantente en cama.

Los días pasaban y la condición de  Sofía era cada vez peor. Pero Hugo se mantenía a su lado día y noche, encargándose de sus necesidades.

~Buenos días doctor, sonrió Sofía.

~Buenos días, ¿Como te sientes hoy?.

~Estoy mejor, Hugo cuida muy bien de mi.

~Eso me alegra su majestad. Respire hondo, hablo poniendo un estetoscopio de forma cilindrica en su pecho cuya media era de aproximadamente 30 centímetros de alto, el cual le permitía escuchar con facilidad el funcionamiento de sus pulmones.
Gracias a este nuevo invento muchas personas pudieron ser diagnosticadas de manera precisa. Reemplazando el método de poner su oído contra el pecho del paciente, que, además de ser incómodo y antihigiénico solía ser muy poco preciso.

El médico hizo una mirada de desconsuelo. Tenía la esperanza de que su estado mejorará para esa fecha, pero a pesar de todo sonrió a Sofía.

~Aun no estás del todo bien, debes permanecer en cama y recuperarte por completo.

~¡Pero el pueblo me necesita!.

~Haga caso su majestad.... Es por su bien.

El médico salió de la habitación para hablar de inmediato con Hugo. Sus pulmones se estaban congestionando y pronto tendría fuertes dolores en el pecho e incluso fiebres altas.

Hugo se recargo contra la pared con angustia. No sabía qué hacer, no podía mantenerse firme ante ella fingiendo que nada pasaba, pero tampoco podía preocuparla ¡Ella era lo mejor de su vida!.

~¡Hugo!, Apenas supe vine a ver a mi hermana. ¿Cómo está?, Papá, mamá y James vendrán también.

~Su estado empeora cada vez más y la probabilidad de recuperación es casi nula.

Amber se llevó las manos a la cara.

~¿Puedo verla?.

~Claro.... Solo no menciones nada.

Amber entro a la habitación y vio el rostro pálido de su hermana, sus mejillas rosadas se habían esfumado y habían aparecido pequeñas bolsas oscuras bajo sus ojos.
La rubia estaba apunto de soltarse a llorar cuando Sofía le ofreció su mano.

~Todos me observan como si estuviera muriéndo, pero ¡No!, ¡Estoy perfectamente!.

~Estamos preocupados por ti, eres nuestra niña pequeña.

~Oh Amber...

~Olvide decirte que nuestros padres y James vendrán. Haremos un picnic. Te hará bien tomar un poco de aire fresco... o almenos eso dijo mamá.

~Necesito un tiempo con ustedes, hace tanto que no estamos en familia.

Mientras tanto Jade pataleaba en su habitación. Tenía casi una semana sin ver a Sofía y sus nervios se hacían cada vez más evidentes.

~¡Quiero ver a mi mamá!

~Jade, tranquila, ¿Dónde está la princesa educada de la que todos hablan? Susurraba Scarlett tratando de calmarla.

~¡Noo! ¡Déjame!

~Jade... Bebé tu mamá está enferma y no puedes verla, así que prometeme que por su bien no la molestaras. Hablo Hugo limpiando las pequeñas lágrimas del rostro de su hija.

~¡Quiero que mamá me abrace!.

~¡Tambien yo! pero.... Ahora no es posible.

La pequeña niña se quedó sentada en su habitación sin ganas de hacer nada. No era desobediente como su hermana mayor pero necesitaba ver a su mamá.

Los pequeños pasos se acercaron hasta la puerta donde se encontraba Sofía. Al ver a Amber, la niña corrió a esconderse antes de que su tía la viera.

Sofía y Amber salieron al jardín y los ex reyes de Encantia la recibieron con felicidad. Jade solo las observó alejarse desde la ventana.

James entrego un ramo de flores a su hermana y trato de hacer algunas bromas para alegrarla..

Pasaron una tarde en familia como en los viejos tiempos. Solo eran ellos 5 disfrutando de la vida y de la compañía.

Aunque James parecía feliz, no podía evitar sentir esa impotencia dentro de sí. Amaba a Sofía, era su hermana, su compañera de vida. La quería tanto como a Amber.

~Disculpen vuelvo enseguida.

El rubio se dirigió hasta el despacho de Hugo encontrándose con el rey recargado sobre sus brazos.

~¡Hugo! Tengo que hablar contigo. Sofía debería volver a Encantia conmigo, el clima es mejor en esta época.

~Sofia no puede viajar, además prefiero que permanezca a mi lado.

~Señor. Hablo Milton extendiendo una carta.

Hugo comenzó a leerla. Inmediatamente sus ojos se inquietaron y sus manos se abrieron provocando que la carta cayera al suelo.

Un amor inesperado SEGUNDA TEMPORADA (Sofia y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora